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Medical Ghostwriting: Escritores médicos fantasmas

Una información de la revista médica independiente PLoS Medicine ha abierto la veda cazafantasmas. En ella, varios especialistas, entre ellos Xavier Bosch, investigador del Hospital Clinic y la Universidad de Barcelona, advierten de que numerosos artículos médicos los redactan «escritores fantasma» por encargo de las compañías farmacéuticas, práctica que se denomina medical ghostwriting. Su objetivo es promocionar un producto médico, exagerando su eficacia y minusvalorando sus efectos adversos, lo que conlleva un riesgo para el paciente a quien se le administra y ha habido casos de muertes provocadas por fármacos que fueron promocionados mediante esta estrategia, por lo que Bosch y cia piden que se actúe por la vía penal ante esta práctica:

Escritores fantasmas

«Creen que hay pruebas suficientes de perjuicio a los pacientes en los casos del antiepiléptico Neurontín (Pfizer), el antiinflamatorio Vioxx (Merck), los antidepresivos Seroxat (GlaxoSmithKline) y Besitrán (Pfizer otra vez), la píldora antiobesidad Fen/phen (Wyeth) y el paliativo hormonal de la menopausia Prempro (triplete de Pfizer). Según los datos más recientes (referidos a 2008), el 20% de los artículos que publican las cinco revistas médicas de mayor impacto está contaminado de fantasmas«.

En efecto, uno de los mayores escándalos farmacéuticos de los últimos años, el producido por las muertes que provocaba el citado Vioxx fue animado por escritores médcios fantasmas.

Sobre medical ghostwriting la citada revista en internet ya publicó todo un número agrupando un montón de artículos. Es una estrategia relativamente reciente:

«¿Quién redacta el documento final de las investigaciones sobre medicamentos patrocinadas por la industria farmacéutica? Según las conclusiones de un nuevo estudio, los firmantes de los trabajos que se publican en las revistas científicas no son precisamente los médicos que los desarrollan. Y, es más, con mucha frecuencia se oculta el nombre de otros actores clave, los profesionales que manejan los datos estadísticos, información de la que depende la interpretación final de los resultados».

La práctica del medical ghostwriting está intentado controlarse mediante una declaración personal de cada firmante de un artículo, de su participación en cada paso del proceso, con firma electrónica y demás «garantías» tecnológicas.

Hace ya años que los editores de las revistas médicas más influyentes se pusieron de acuerdo para ser más exigentes a la hora de aceptar publicaciones en sus páginas sobre medicamentos pues con esta y otras técnicas la industria colaba informes en los que se rebajaba la peligrosidad de ciertos fármacos y se exageraba su eficacia: promoción más que información. Entonces decidieron que a partir de 2005 se edurecerían las normas de publicación. Hoy se exige la penalización de los escritores fantasma pero eso me recuerda que muchos laboratorios siguen practicando el soborno y cohecho con los médicos para que receten, algo que está prohibido por el Código Penal y la Ley del Medicamento y, aunque menos que en años atrás, continúa sucediendo.

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7 comentarios

  1. Estoy de acuerdo con la afirmación de que es culpa de los tres protagonistas que intervienen en este timo, pedir ahora: “se exige la penalización de los escritores fantasma».
    Hoy es disimular para decir que se escandalizan ¿de qué?

  2. Mabel ha hecho preguntas que diría ya están contestadas, no te alarmes el mundo de esta gente gira a su alrededor, para estos casos pienso que se puede dividir entre tres: los que simplemente se lo creen todo lo publicado por revistas oficialistas u oficiales, los que dudamos e intentamos ver dónde está la raíz del problema y los que siempre tienen la verdad, estos últimos me parecen tan peligrosos como los que sus escrúpulos no les llegan para negarse a hacer un trabajo tan sucio; que no me cuenten el cuento de que es la necesidad de tener dinero o un trabajo, no me vale para los verdugos y para estos tampoco. Tan culpables son los laboratorios, las revistas, como los que se han prestado a hacerlo.

  3. Está claro que la denominación «revista de gran impacto» no significa que lo que publican «sea» de gran relevancia sino que, por el hecho de salir publicado en dicha revista, «va a tener gran impacto» en los lectores, en los protocolos, etc. Y a esto «lógicamente» lo llamamos «relavancia científica».

  4. Estando de acuerdo en esta información de PloS Medicine, también preguntaría si Xavier Bosch se está poniendo la venda antes de la herida o curándose en salud, por si acaso el tema que trata le salpica a él mismo al ser autor de varios estudios publicados sobre la vacuna contra el virus del papiloma que fueron financiados por la compañia productora de la vacuna.

    1. Txu, muy muy agudo tu comentario. En mi libro La salud que viene lo cuento en el capítulo dedicado a esa vacuna y la campaña de marketing del miedo de manual que se ha realizado para venderla.

  5. Me he quedado estupefacta, es lo último que esperaba pensar ¿cómo de lejos están dispuestos a llegar los laboratorios? Si no tiene freno. ¿Cómo pueden hablar en nombre de la salud?
    Lo siento pero es que solo me salen preguntas, me ha disgustado, eso es lo más cercano a la mafia. ¿De esta gente nos tenemos que fiar? Estos son los que dicen que la homeopatía es un falacia?

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