La Asociación de Afectados por Fármacos (ADAF) ha presentado una demanda de derechos fundamentales ante la negativa de la Administración (Ministerio de Sanidad y Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, AEMPS) de investigar adecuadamente los numerosos casos notificados de daños por Nolotil (metamizol).
Dicho medicamento puede causar una enfermedad conocida como agranulocitosis, que reduce los glóbulos blancos y aumenta el riesgo de infecciones que pueden ser mortales.
Nolotil es el fármaco más consumido en España, pero está prohibido en cerca de 40 países. Por causas que aún se desconocen, los daños del fármaco son mucho mayores entre la población británica que reside en España.
La demanda de ADAF trata de defender los derechos de numerosas personas que visitan España o viven en nuestro país y que son naturales de países como UK, Irlanda, Estados Unidos, Australia, Japón, Suecia, etc., países donde metamizol no se vende por su gran índice de riesgo para la salud.
Según Cristina García del Campo, presidenta de ADAF,
el medicamento se ofrece a los pacientes sin los controles adecuados. Pedimos que se prohíba la administración del fármaco a ciudadanos de países en los que se ha retirado el metamizol y que se analicen de nuevo los factores de riesgo relacionados con la agranulocitosis. También que se revisen la ficha técnica y el prospecto del tratamiento”.
las reacciones adversas a este tratamiento han provocado sepsis, fallo multiorgánico y amputaciones. ADAF ha identificado unos 350 casos sospechosos de agranulocitosis en unos pocos años. La asociación está examinando más de 40 casos mortales en los que considera que el medicamento puede haber provocado o contribuido a la muerte”.
Cristina García del Campo, presidenta de ADAF.
La ADAF tiene pruebas del coordinador del Centro Autonómico de Farmacovigilancia de la Comunidad Valenciana que afirma que un estudio local en cinco áreas de salud en España había encontrado «sorprendentemente» que la población británica tenía una susceptibilidad al metamizol del orden de «80 a 120 veces mayor» que la española. Ese informe se entregó a la Agencia Española de Medicamentos pero no se ha publicado.
Por todo ello, se ha presentado la demanda de protección de derechos fundamentales, por la inacción de Sanidad a la hora de proteger a la población de los riesgos del Nolotil.
El revuelo mediático que ha provocado el anuncio de la Asociación de Afectados por Fármacos (ADAF) de su demanda a Sanidad por los daños de Nolotil está provocando la reacción de diferentes actores del sistema sanitario. El viernes la Agencia España de Medicamentos (AEMPS) emitió una nota «informativa» que fue básicamente un copia y pega de su anterior nota, ¡que data de 2018!
Desde entnces NO HAN HECHO NADA, y por eso ADAF les demanda, por inacción en la protección de los derechos fundamentales de las personas, como es el derecho a la salud.
La maquinaria desinformativa, esperada pues siempre que hay un escándalo de este tipo la AEMPS niega todo (para luego en ocasiones acabar retirando el producto, como sucedió en 2017 con el anticonceptivo de Bayer marca Essure), ha tenido eco en algunos medios de comunicación que creen a ciegas a dicha autoridad sanitaria.
Al tiempo que la AEMPS acudía a «salvar al soldado Nolotil», el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), y se supone que los demás también, acudía en apoyo del mismo.
Así, en una nota interna, cuenta que, por la demanda presentada por ADAF,
se están produciendo en las farmacias algunas consultas por parte de pacientes relacionadas con la seguridad del principio activo metamizol o dipirona y algunas reacciones adversas graves asociadas a este medicamento como la agranulocitosis«.
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid.
El COFM trata así de «tranquilizar al población», y recuerda a los colegiados que ha elaborado una guía de buen uso del Nolotil. Remite además a la nota viejuna de la AEMPS, la de 2018 (anda que no ha habido muertes desde entonces, como ADAF ha intentado documentarla a la Agencia sin que esta quisiera).
El COFM se adhiere también a la mentira de que el Sistema Español de Farmacovigilancia, osea la Agencia de Medicamentos que no escucha a ADAF y los datos que posee sobre lo que está pasando con Nolotil, para decir que este
hace un seguimiento continuado de las distintas reacciones adversas que se puedan producir con este y otros medicamentos, lo cual es una garantía de control de seguridad para los ciudadanos».
Lo cierto es que no hay tal seguimiento. Por poner otro ejemplo, tuve la opotunidad de conocer a dos familias en las que uno de sus miembros murieron poco después de ponerles la vacuna Covid de AstraZeneca, por trombos. La AEMPS les prometió que investigaría el caso, pero ya nunca más supieron de la Agencia, como me contaron los familiares meses después.
Recuerda, eso sí el COFM, que Nolotil «solo se debe usar bajo prescripción médica, para las indicaciones autorizadas y siguiendo las pautas y dosis establecidas.
Pero, como publicó ayer el diario británico The Guardian de nuevo, es realmente fácil conseguir en España, donde se han trasladado, este fármaco sin receta. Y, como nos narran las decenas de personas dañadas por el metamizol que han acudido a ADAF estos días, también se usa fuera de las indicaciones legales autorizadas.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) se ha visto obligada a responder con un comunicado a la campaña mediática desatada por la demanda judicial que le ha puesto la Asociación de Afectados por Fármacos (ADAF) por los daños del fármaco Nolotil (metamizol).
En esa demanda, que gestiona nuestro Bufete Almodóvar & Jara, le pedimos a Sanidad que haga su trabajo de proteger la salud pública de los efectos secundarios, que pueden ser mortales -como la propia AEMPS reconoce-, del medicamento.
ha llevado a cabo una nueva revisión sobre la relación entre metamizol y el riesgo de agranulocitosis y ha concluido que no existen nuevos hallazgos que cambien el perfil de seguridad».
Agencia Española de Medicamentos.
Consuelo Benítez, una de las afectadas por Nolotil, en el programa de tv «Y ahora Sonsoles», de Antena 3.
Si esa nueva revisión la tenía ya hecha, el asunto es grave pues no la había comunicado y ha esperado a que estallase el escándalo para hacerlo (su última comunicación ¡es de octubre de 2018!).
Si lo que pretende la AEMPS es hacernos creer que esa revisión la ha hecho entre el domingo que surge la polémica con la publicación sobre Nolotil por parte del diario británico The Guardian, y el viernes que emitió su nota informativa, entonces es que toma por tonta a la población.
Explica la Agencia que el medicamento está «sujeto a prescripción médica», y es cierto, pero no se cumple. ADAF ha comprobado en diferentes ocasiones que cualquier persona puede comprarlo en una farmacia SIN RECETA (animamos a los periodistas que se han interesado por el caso a comprobarlo in situ).
La institución que, en teoría, se dedica a la farmacovigilancia, concluyó en 2018 que
el número de casos notificados en los últimos años se había incrementado paralelamente al aumento del consumo de este analgésico
Agencia Española de Medicamentos.
Tristemente ha sido así, pero la agencia NO hizo nada más. Y sus responsables saben perfectamente, porque han sido advertidos por escrito por ADAF durante todos estos años, que el problema era grave y va en aumento.
Existen pruebas del ex coordinador del Centro Autonómico de Farmacovigilancia de la Comunidad Valenciana, que afirma que un estudio local en cinco áreas de salud en España había encontrado «sorprendentemente» que la población británica tenía una susceptibilidad al metamizol del orden de «80 a 120 veces mayor» que la española.
Ese informe se entregó a la Agencia Española de Medicamentos pero NO se ha publicado, ni se ha hecho nada al respecto para proteger a esa (y a toda) la población.
La institución dependiente de Sanidad, hace incapié enel problema que tiene la población británica y del norte de Europa con el metamizol, como si no ocurriera lo mismo con la ciudadanía española. ADAF puede documentar decenas de casos de daños sufridos por la población española.
La AEMPS dice que ha realizado una evaluación de la nueva información disponible desde entonces. Y que para ello
ha analizado la evolución del consumo de metamizol, los datos de notificación espontánea de casos de agranulocitosis y la literatura científica publicada en este período.
Agencia Española de Medicamentos.
No dudamos que sea cierto pero es evidente que no ha contado con los casos que tiene registrados ADAF. Esta asociación NUNCA ha recibido petición alguna de la agencia para conocer los datos que barajamos. Así que sus conclusiones difícilmente pueden ser creíbles.
Concluye la entidad pública que «no existen nuevos hallazgos que cambien el perfil del riesgo de agranulocitosis ya conocido para metamizol». Lo cierto es que sí existen, pero insistimos: No los quiere ver.
Es un caso de contaminación ambiental que llevamos en el Bufete Almodóvar & Jara y en breve emprenderemos nuevas acciones legales. Una de las afectadas, Margarita Girona (en las fotos), nos actualiza:
Hace unos días, Miguel, te interesabas por nosotros y querías saber cómo seguía la situación que tenemos en nuestras viviendas, si había cambios y si algo había mejorado, preguntabas cuál era nuestra realidad tras el paso del tiempo.
Hoy te respondo con sensación de derrota, de hundimiento, de gran abatimiento y profundo dolor ante la pérdida aparente de esta batalla por nuestra salud, bienestar y calidad de vida. De momento los que me provocan tanto sufrimiento, tanto malestar, van ganando porque a pesar de tanta lucha, han conseguido echarme de mi propia casa.
No me queda otro remedio que emular a varios inquilinos que vivían en régimen de alquiler en viviendas de este edificio que se han ido marchando porque les era insoportable vivir en estas circunstancias.
En mi caso, no solo es que sea insoportable respirar este ambiente contaminado un día tras otro.
Es que esa persistente contaminación está provocando que mi salud esté cada vez más deteriorada.
Padezco graves complicaciones que me obligan a tener que dejar este nocivo y tóxico ambiente que penetra en mi casa.
(En la foto Margarita Girona antes de que comenzara su calvario).
Para quien no conozca el caso voy a intentar resumir al máximo lo que ocurre en este edificio de los “horrolores” y porqué.
En la década de 1980 del siglo pasado un constructor hace un edificio de forma rectangular con un gran patio central. Ese edificio alberga en la actualidad locales como un hotel, una cafetería, Burger King, otras oficinas, y viviendas como la mía.
La empresa constructora, aunque haya cambiado su denominación a lo largo de estos años, es a su vez propietaria del hotel. El edificio, por construcción, tiene una serie de elementos comunes como cimientos, suelos, vuelos, foso, muros, cubierta, canalizaciones, etc.
De esos elementos comunes, el Hotel asume como propia una instalación que es común, cual es el foso para recogida de aguas freáticas del edificio y lo destina a fosa séptica, a pozo negro que a su vez lo arrienda desde hace años a Burger King para su utilización donde verter los residuos fecales de los aseos públicos y del personal del negocio, así como los residuos de las cocinas del establecimiento.
Los vecinos no sabemos si hay otras instalaciones conectadas a la fosa séptica puesto que se han solicitado a la empresa constructora y propietaria del hotel los planos de evacuación sanitaria del edificio, así como los de esa instalación apropiada y su ruta o rutas de evacuación, pero no los ha facilitado.
También se ha solicitado a Burger King información de los productos usados en el mantenimiento del pozo negro, información que tampoco ha sido facilitada.
Esa instalación vierte su contenido a la red de saneamiento municipal y cuando esto ocurre, muchas veces, más de una vez al día, los vertidos provocan una inmisión de terribles hedores fecales acompañados de gases y productos químicos, que contaminan e intoxican el aire interior de nuestras viviendas haciéndolo irrespirable.
Además, hay que tener en cuenta que ya podemos hablar de gases de manera clara y específica: Los vecinos, por medio del asesoramiento y dirección de un experto en Riesgos Laborales y Calidad de Aire Interior, hemos podido captar -en varias viviendas donde se efectuaron pruebas- la inmisión de gases.
Y ha resultado que son muy, muy tóxicos y nocivos para la salud como son, entre otros, amoníaco y ácido sulfídrico o sulfuro de hidrógeno, conocido por los expertos como “gas alcantarilla”, altamente nocivo y peligroso.
Me preguntas por qué mi situación es diferente a la del resto de vecinos, por qué ellos no se marchan de sus viviendas y siguen aguantando.
Lo que es completamente evidente es que estar respirando esta contaminación sostenida daña a todo el mundo, pero en mi caso particular, en 2016 se me diagnostican dos enfermedades, Encefalomielitis Miálgica y Sensibilidad Química Múltiple (SQM).
Tener SQM, una «enfermedad ambienta», es un gran fastidio no solo por los males que provoca en la salud de tu cuerpo sino por los cambios y cuidados que has de acometer en tu vida para intentar evitar la afectación de los productos químicos, ¡cuando estamos rodeados de ellos!
En lo referente al control ambiental prescrito por los especialistas para el lugar donde yo resido, mi casa, hay que entender que mi hogar es mi refugio, donde en teoría me aíslo, me protejo, donde pretendo sentirme segura de poder escapar de los químicos tóxicos que hay en el exterior.
Purifico el aire que viene del exterior y el agua que entra dentro de mi casa. Los productos de alimentación, limpieza, higiene personal, cosmética y etc, son ecológicos y todo, absolutamente todo es por prescripción médica para cuidar el deterioro de la salud y que la enfermedad no avance.
Pero no hay manera, son gases y se filtran por todas partes, no hay quien los detenga una vez que lanzan el contenido de esa fosa al exterior.
A PESAR DE MIS CUIDADOS, SIGO EMPEORANDO
Al igual que he tomado grandes medidas para que mi casa sea mi refugio, también me toca cuidar de mi salud. Desde hace años he acometido diferentes y costosas pruebas y tratamientos, abordando diferentes enfoques y maneras de bajar la carga tóxica de todo mi organismo.
Soy una enferma crónica y mis cuidados y tratamientos son también crónicos y periódicos, y todo únicamente sufragado por mí. He invertido mucho tiempo, energía y muchísimo dinero, provocando un tremendo empobrecimiento para mí y mi familia por cuidar de mi salud…
…Para seguir empeorando por culpa de esa contaminación ambiental, de ese monstruo que se cuela en nuestros hogares, porque tras varias crisis de empeoramiento por respirar este ambiente tan nocivo, en una obligada revisión clínica se me ha valorado de nuevo confirmando el avance de la enfermedad hasta el grado grave.
Me han condenado a llevar mascarilla de especial protección hasta en exteriores. A tener que aislarme de una forma brutal, sin tener apenas vida social. Me han condenado a soportar un gran sufrimiento emocional.
Han provocado que mi mundo y el de mi familia se tambalee ante el tsunami que ocasiona pensar las complicadas circunstancias que hemos de afrontar al romperse nuestra vida, nuestros proyectos y costumbres de esta manera.
¿POR QUÉ PONGO UNA DENUNCIA POR LA VÍA PENAL?
Porque sé discernir entre lo que significa la «aceptación» ante circunstancias sobrevenidas en la lotería de la vida, como es tener que sufrir una enfermedad crónica con tan tremendo impacto, y una problemática perfectamente evitable como la que nos afecta y nos daña desde hace tantos años.
El derecho de estas empresas a llevar a cabo una actividad económica no debe colisionar con el derecho fundamental a mi salud ni con la privacidad ni inviolabilidad de mi domicilio.
La mayor parte de los al menos 350 afectados por el Nolotil que contabiliza ADAF son británicos (también hay españoles, claro). No se conoce la razón, pero hay evidencias de que puede ser un gen el que haga reaccionar ante el metamizol, principio activo del fármaco, a la población del norte de Europa.
El lunes algunos medios españoles comenzaron a dar esta noticia de la demanda. Y el martes, desde el Área de Comunicación de ADAF, enviamos una nota de prensa a numerosos medios de comunicación. El asunto ya se hizo viral y mediático.
Cristina García del Campo, presidenta de ADAF, en Antena 3 Noticias.
Sería imposible citar todos los medios de comunicación que han publicado la información de la demanda y las declaraciones de la presidenta de ADAF: Además de Antena3, Telecinco, La Sexta, El País, El Mundo, elDiario.es (que tiene un acuerdo con The Guardian), La Razón, 20Minutos, El Confidencial, infoLibre, The Objective, El Periódico, El Español, El Economista, El Independiente, numerosos diarios regionales, radios como Onda Cero, webs como Xataca o diarios especializados como Confilegal o ConSalud, entre un largo etc.
Hoy miércoles, Cristina sigue dando entrevistas y la resaca durará un tiempo.
Y tras esta avalancha de informaciones sobre los daños de Nolotil, ¿qué dice el Ministerio de Sanidad, con la recién estrenada como ministra Mónica García? Pues parece que da la callada por respuesta, no hay ningún comunicado oficial al respecto.
A modo de conclusión prudente, me ha gustado esto:
No sería raro que, si el uso del metamizol sigue creciendo (con sus riesgos asociados) y aparecen alternativas más seguras, la AEMPS [Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios] acabe por restringirlo más pronto que tarde.
Javier Jiménez, Xataca.
Si usted o algún familiar o conocido sufre daños contacte ADAF.
Las bacterias «malas» están entrando en nuestros organismos y se encuentran que, para combatirlas, usamos otras bacterias, fármacos antibióticos, que ya las conocen y les resulta fácil resistir a su influjo. En ese caso la infección prosigue de manera fatal.
Está habiendo un problema con los medicamentos antibióticos; en pleno 2023 se puede morir por una infección.
Os lo contábamos hace poco en esta publicación, centrada en uno de los grupos de antimicrobianos que más daños causan por sus efectos secundarios, las fluoroquinolonas:
España presenta la tasa más alta de prescripción de fluoroquinolonas atención primaria en comparación con países de nuestro entorno. Y esta familia de antibióticos sintéticos se asocia con graves efectos adversos, además del problema de salud pública que supone la resistencia antimicrobiana que hemos explicado.
Su consumo ha bajado, pero aún así el año pasado fue uno de los grupos de antibióticos más utilizados, con un 9,5% de las dosis diarias de estos fármacos por cada 1.000 habitantes.
Las fluoroquinolonas disponibles en España son ciprofloxacino, delafloxacino, levofloxacino, moxifloxacino, norfloxacino y ofloxacino. Se utilizan para infecciones cutáneas, óseas y articulares, así como infecciones de vías respiratorias, urinarias, del aparato genital y gastrointestinal.
Y, según la EMA (Agencia Europea de Medicamentos), somos los que peor lo hacen en Europa con estos tratamientos:
NO se recomiendan su uso para tratar infecciones leves o autolimitantes y tampoco se deben prescribir para tratar infecciones leves o moderadas como o faringitis, amigdalitis y bronquitis aguda, cistitis no complicada, infecciones recurrentes de vías urinarias bajas, exacerbación aguda de bronquitis crónica y de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Atentos a esto último porque esta práctica está muy extendida. Como cuenta este médico, la indicación de las fluoroquinolonas para tratar infecciones bacterianas, como la neumonía o la EPOC, debe regirse por criterios muy específicos y basados en la evidencia científica, ya que pueden producirse efectos adversos inmediatos y graves, como las arritmias cardíacas.
Dicho galeno advierte que los médicos no están bien informados sobre los daños de este grupo de medicamentos.
Además, es difícil identificarlos porque la mayoría de efectos secundarios, sobre todo la afectación tendinosa y sobre el colágeno, como los aneurismas de aorta, la disección aórtica y los desprendimientos de retina, no se ven inmediatamente, sino que pueden aparecer semanas después de haber finalizado el tratamiento.
Así que recordad:
Si usted o algún familiar o conocido sufre daños contacte con nosotros para analizar su caso.
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