Que las vacunas Covid-19 podían provocar graves daños en el corazón, sobre todo las de Pfizer y Moderna, lo sabíamos desde que todo esto comenzó. La novedad es que ahora un trabajo científico a gran escala lo corrobora. Os lo cuento.
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La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) despierta de su largo letargo. Se reconocen problemas con la menstruación provocados por las vacunas Covid-19. De siempre, las agencias reguladoras de productos sanitarios han realizado una farmacovigilancia de mínimos. Ahora parece que algo está haciéndose bien.

¿Queréis saber cuánto han cobrado de los fabricantes de vacunas algunos miembros del Comité científico asesor del Covid-19 de Cataluña? Sí, escandaloso, quienes han de asesorar a los gobiernos sobre cómo actuar en una pandemia, vacunas y demás reciben dinero de quienes quieren hacer negocio con sus tratamientos.

Hace unos años, no muchos -corría 2017- desde la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) advertían sobre el aumento del lobby -presiones corporativas- en el Ministerio de Sanidad. Que las diferentes industrias sanitarias campaban a sus anchas, vaya. El fenómeno iba en aumento. Y la cosa, por lo que sabemos, va a peor.