Bebés Ozempic: Los embarazos inesperados, y el suicido y la ceguera; una «joya» de fármaco… que está de moda
En los últimos años, el nombre del fármaco Ozempic ha saltado de los manuales de endocrinología a los titulares de los medios y, sobre todo, a las conversaciones cotidianas. Un tratamiento inicialmente concebido para tratar la diabetes tipo 2, que se ha convertido en la “solución milagrosa” para perder peso y, ahora, en protagonista de una nueva polémica: los llamados “bebés Ozempic”.
Más de 40 mujeres en Reino Unido han confirmado embarazos inesperados mientras tomaban este medicamento o sus análogos, como Mounjaro.
La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios británica (MHRA) ha encendido las alarmas: Decenas de mujeres han quedado embarazadas de forma inesperada mientras seguían tratamientos con medicamentos agonistas del receptor GLP-1, como Ozempic, Wegovy o Mounjaro. Estos fármacos, que han visto dispararse su popularidad gracias a testimonios de celebridades y el boca a boca en redes sociales, se han convertido en objeto de deseo para quienes buscan una pérdida de peso rápida.
Y en muchas ocasiones eso se hace sin la adecuada supervisión médica y sin tener en cuenta sus brutales efectos secundarios y reacciones adversas:
Riesgo de suicidio también, sí, habéis leído bien. La pregunta que surge es evidente: ¿cómo es posible que un medicamento para la diabetes acabe animando a suicidarse a la gente que lo toma o aumentando los embarazos no deseados?

El mecanismo del “milagro” (y el problema)
Ozempic (semaglutida) pertenece a la familia de los agonistas del receptor GLP-1, como decimos. Su función principal es imitar la acción de una hormona que regula el azúcar en sangre, pero también ralentiza el vaciado gástrico y suprime el apetito. El resultado es una significativa pérdida de peso en muchas personas que lo utilizan.
Aquí está la clave: La obesidad y el sobrepeso son causas frecuentes de infertilidad en mujeres. El exceso de grasa corporal altera los ciclos hormonales, dificulta la ovulación y, en general, complica la posibilidad de concebir.
Cuando una mujer con obesidad pierde peso -ya sea mediante dieta, cirugía bariátrica o fármacos como Ozempic-, su fertilidad puede mejorar de forma notable, muchas veces sin que ella misma sea consciente de ello. Es decir, NO es que Ozempic “mejore la fertilidad” directamente, sino que la pérdida de peso que induce puede devolver la ovulación y la capacidad reproductiva a mujeres que la habían perdido.
Como explica la endocrinóloga María del Pino Navarro:
“Ozempic en sí mismo no mejora la fertilidad, pero adelgazar sí lo hace. El fármaco te ayuda a perder peso y eso es lo que te coloca en una mejor disposición para conseguir el embarazo”.
El problema es que muchas mujeres en edad fértil, confiadas en sus dificultades previas para concebir, bajan la guardia con los medicamentos anticonceptivos que toman y, de repente, se encuentran con un embarazo inesperado.

Otro aspecto inquietante es la posible interacción de Ozempic y otros agonistas GLP-1 con los anticonceptivos orales. Algunas usuarias han reportado embarazos a pesar de estar tomando la píldora, lo que ha sembrado la duda sobre si estos fármacos pueden reducir la eficacia de los anticonceptivos.
La ficha técnica de Ozempic y Wegovy indica lo contrario -se hace con la información técnica que ofrecen sus fabricantes- que “no se prevé que semaglutida disminuya el efecto de los anticonceptivos orales”.
Sin embargo, la farmacéutica Lilly, responsable de Mounjaro, reconoce que su medicamento puede reducir la concentración máxima del anticonceptivo oral en sangre hasta un 66% tras una dosis única. Aunque se considera que esta reducción no es clínicamente relevante, algunos expertos recomiendan extremar las precauciones y recurrir a métodos anticonceptivos adicionales.
Pero claro, siempre que tomas un fármaco que metaboliza a nivel hepático los anticonceptivos orales de forma rápida la recomendación general es clara: Si se está en tratamiento con Ozempic y no se desea un embarazo, es imprescindible utilizar métodos anticonceptivos eficaces, como los preservativos, vaya (más sanos además porque las píldoras anticonceptivas también ofrecen tremendos daños.
¿Es seguro Ozempic durante el embarazo?
Aquí llegamos a uno de los puntos más delicados y menos abordados en el debate público, ¿qué riesgos existen para el feto? La respuesta de la comunidad científica y médica es unánime: NO se recomienda el uso de Ozempic durante el embarazo.
La razón principal es la falta de estudios en humanos que avalen su seguridad en esta etapa crucial. Los ensayos clínicos excluyeron a mujeres embarazadas o con intención de estarlo, y los datos disponibles provienen casi exclusivamente de estudios en animales.
En animales, se han observado riesgos como defectos de nacimiento, bajo peso al nacer e incluso pérdida del embarazo. Si bien no se han detectado anomalías estructurales graves, los expertos insisten en que los embarazos humanos pueden diferir, y los posibles efectos sutiles sobre el desarrollo fetal no se conocen.
Además, la pérdida de peso durante el embarazo no es recomendable, ya que el aumento de peso es necesario para un desarrollo fetal saludable. Obvio, ¿verdad?
La propia MHRA británica ha advertido de que la tendencia está generando preocupación no solo por los embarazos no deseados, sino también por el posible impacto sobre la salud fetal. Aunque por ahora no hay pruebas sólidas de efectos teratogénicos (daños al embrión)… por ahora.
¿Quién controla la narrativa?
Este caso es paradigmático de cómo la industria farmacéutica y el sistema sanitario, en su afán por ofrecer soluciones rápidas y eficaces, a menudo dejan en segundo plano la investigación independiente y la información completa a la ciudadanía. La presión por lanzar nuevos medicamentos, el marketing agresivo y la falta de vigilancia real sobre los efectos secundarios y las interacciones terminan generando fenómenos como el de los “bebés Ozempic”.
La responsabilidad, como siempre, recae en varios actores: las autoridades sanitarias, que deben exigir estudios independientes y transparencia; los profesionales médicos, que tienen que informar a sus pacientes de todos los riesgos y alternativas; y los propios pacientes, que deben exigir información veraz y no dejarse llevar por modas o promesas milagrosas.
Como periodista de investigación y análisis, seguiré denunciando la falta de rigor, la opacidad y la mercantilización de la salud. Porque detrás de cada “niño sorpresa” hay una historia de desinformación, de intereses cruzados y, muchas veces, de sufrimiento evitable.
Por cierto, que mientras escribo estas líneas me entero de que la principal autoridad sanitaria europea advierte de que Ozempic causa una extraña ceguera. Mañana o pasado os amplío esta información y la comento aquí, en este blog.
