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La estafa del fármaco antiviral Tamiflu y sus «socios» en epidemias, pandemias y triplemias

Una de las cosas que se aprende de observar las epidemias, las pandemias e incluso, las triplemias a posteriori, es el número estafas que se han producido mediante el miedo. Por desgracia, esto es algo que se ve con el tiempo, no cuando estás en medio de tsunami pandémico.

¿Os acordáis del fármaco Tamiflu? Este medicamento antigripal fue el protagonista durante la epidemia inexistente de gripe aviar de 2005, la pandemia de gripe A que por suerte nunca llegó a ser tal de 2009, e incluso, se intentó colocar en la pandemia de Covid-19.

Los Estados hicieron acopio de millones de dosis del medicamento, pero cuando se pasó el pico de miedo, y comenzó a pasar el tiempo, se fue publicando que es un producto ineficaz y con notables daños.

Por entonces, los médicos de No Gracias lo calificaron como la mayor estafa sanitaria de la historia:

https://www.nogracias.org/2014/04/10/tamiflu-la-mayor-estafa-de-la-historia/

Fue la «magufada» del siglo, bueno junto con otras como la comercialización de la píldora antiCovid Paxlovid, las vacunas Covid de dudosa efectividad y muchos y graves daños, o como ocurre ahora con las mascarillas, de nuevo obligatorias en los centros de salud por el brote de gripe de todos los años.

Hace unos meses, otros tantos muchos años después de que Tamiflu dejara de usarse, se publica una revisión sistemática de la literatura científica sobre oseltamivir, el principio activo del tratamiento, para prevenir hospitalizaciones en pacientes ambulatorios con gripe.

Se analizaron 15 ensayos clínicos y la conclusión fue: No se asoció a una reducción del riesgo de hospitalizaciones.

Además, lejos de ser un fármaco «inocente» como lo habían pintado: Se relacionó con un aumento de reacciones adversas gastrointestinales.

Lo de que vale para muy muy poco, por escribirlo de manera fina, se sabía. Y también sus importantes efectos secundarios, como cefalea, trastornos psiquiátricos y problemas renales.

Suma y sigue. Con Relenza, el otro antiviral «elegido» durante lo de la gripe A, sucedió algo muy parecido. Este y su «compañero» de fatigas epidémicas ofrecen eficacia modesta en el alivio de los síntomas (como la aspirina), no tienen impacto sobre complicaciones ni muertes, poseen efectos adversos importantes y no modifican la transmisión-contagio.

Lo del Tamiflú y Relenza fue una estafa consentida por una parte de los políticos, gestores, científicos, periodistas y médicos, entre otros, para «contentar» el ansia de protección ante el miedo que crean los expertos (de instituciones como la Organización Mundial de la Salud, que durante la de la gripe A, elevaron el nivel de alerta ante la posible pandemia de 2009 a seis, el máximo.

Y es que como digo al principio, es bueno observar con el paso del tiempo y ver como tratamientos y medidas profilácticas como los citados, se implantan en cierto modo para hacer que se hace algo, y tener a la gente tranquila (si es que se puede estar tranquilo en estas condiciones).

Si sufre daños contacte con nosotros para analizar su caso.

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