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Poca ciencia y muchos intereses en la alocada carrera mundial por la vacuna de la Covid

La alocada carrera por llegar antes a ofrecer una vacuna para prevenir la Covid-19 ha entrado en una fase crucial, tras el primer anuncio por parte de Pfizer de que puede ofrecer la suya. A ello le ha seguido una cascada de anuncios, ya sea mediante notas de prensa o publicaciones en revistas médicas, de otras ofertas de inmunización

Pfizer y Biontech anunciaron hace poco su vacuna contra el Covid-19 con una eficacia del 90%. Se desató la euforia mundial sin pensar que en ello hay más de creencia que de ciencia y más de marketing del miedo y fe que de racional prudencia. ¿Por qué? Porque Pfizer y cía. no han ofrecido ningún estudio (o al menos parte del que están haciendo) sobre la eficacia y seguridad de su tratamiento. Sólo tenemos la palabra… de una farmacéutica sospechosa.

SIN PUBLICAR PRUEBAS CIENTÍFICAS no tenemos «NADA», no hay vacuna, sólo la posibilidad de que esta exista que no es lo mismo. No dudo que esos ensayos clínicos estén en marcha, pero los medicamentos y productos sanitarios no se colocan en el mercado a golpe de nota de prensa.

Y aunque no hay nada, comenzamos a ver los resultados de esa carrera sin igual en la historia por ofrecer una vacuna que comentábamos a finales de febrero que había comenzadoGobiernos de las principales potencias mundiales y las multinacionales farmacéuticas más destacadas se alían para buscar la vacuna contra el coronavirus Covid-19 que «salve al mundo». Compiten entre ellas, hay prisas. Pero garantizar la eficacia y seguridad del remedio lleva mucho tiempo y las prisas no son buenas consejeras.

Moderna 1Y esto no lo están haciendo. Por arte de magia o por las cosas del marketing tras el anuncio de Pfizer, otra farmacéutica Moderna, anuncia que su vacuna tiene una eficacia del 94,5%.

Lo hacía por el método tan poco moderno ni científico de la nota de prensa también.

La línea de investigación que sigue esta empresa es la misma que Pfizer y no podía dejar que su competidora se adelantase en esta carrera de codicia. Además, de ofrecer mayor eficacia (insisto sin dar datos concretos de los ensayos clínicos) la promociona como de más fácil conservación (a «sólo» -20 Cº frente a los -80º de la de Pfizer) y eso sí, a peor precio.

Las vacunas de estas dos sociedades no han planteado ninguna preocupación significativa en materia de seguridad. Eso dicen sus promotores sin aportar datos, claro. Entre los principales efectos secundarios está el dolor en el lugar de la inyección en la primera dosis y dolor de cabeza, fatiga y dolor en los músculos tras la segunda dosis–.

Ojalá sea así pero recordemos que los análisis de investigación no han concluido, que están haciéndose a toda velocidad, que las agencias reguladoras también han acelerado los trabajos para su regulación y que sólo el tiempo dirá si esto es verdad u otra de las «imprudencias» de las farmacéuticas.Astrazeneca logo

Porque en esta carrera la compañía AstraZeneca (AZ) y la Universidad de Oxford, para no quedarse rezagadas con su oferta comunicaron ayer que su producto es seguro y genera respuesta inmune en todos los grupos de edad analizados.

Los resultados preliminares de la fase II del ensayo de la vacuna (no en la III como Moderna y Pfizer) acaban de publicarse en la revista médica The Lancet. Hay prisas por demostrar que lo tuyo es bueno y no han esperado a la tercera fase que es la que ha de demostrar que la vacuna es segura.

Las contradicciones con esta vacuna y empresa son notables pues afirman que es segura pero la nota de Redacción Médica nos cuenta que se notificaron trece reacciones adversas graves, «si bien ninguna de ellas se acabó relacionando directamente con la vacuna, que se administra por vía intramuscular». De nuevo esto lo afirma AstraZeneca.

Claro, el problema es que AZ ha tenido que parar semanas atrás sus ensayos por diversos daños graves registrados durante los mismos. Por no citar la poca credibilidad de la farmacéutica. Y hacemos estas afirmaciones rotundas porque en el  llevamos un caso de una muerte que se produjo durante un ensayo clínico de esta empresa en el hospital de Mérida, la de Juan Santos.

Conocemos muy bien el funcionamiento interno de AZ cuando intenta «hacer ciencia» y cómo oculta información en los juzgados cuando se le piden explicaciones.

A todo esto la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha autorizado el ensayo clínico fase III en España de la vacuna contra la Covid-19 de la compañía Janssen (una compañía de Johnson&Johnson). Se trata del primer ensayo fase III para una vacuna de Covid-19 autorizado de este tipo en nuestro país.

Es otra farmacéutica con muchas irregularidades a sus espaldas, entre ellas muertes por sus medicamentos. En el Bufete llevamos el caso de fallecimiento de un niño por su fármaco Invega y épico ha sido lo ocurrido con su popular Risperdal, del que ocultó sus daños en la infancia, por poner sólo dos ejemplos.

Poco después del anuncio de Pfizer apareció la noticia sobre la vacuna rusa contra el coronavirus con una «efectividad del 92%» según sus fabricantes. Se llama Sputnik y tampoco se han publicado los resultados de los ensayos, ya en tercera fase (aunque han anunciado que se hará en una revista científica de prestigio).

Para ir terminando este repaso o crónica de una carrera anunciada está la candidata china a vacuna contra la Covid de la que también se ha publicado hace muy poco que provoca una rápida respuesta inmunológica. Los resultados preliminares de un estudio publicado en The Lancet concluyen que la CoronaVac de Sinovac Biotech parece «segura».

A todo esto a Pfizer no debió gustarle que Moderna le adelantase por la izquierda con la eficacia de su producto y contratacó varios días después diciendo que ahora su vacuna tiene un 95% de éxito. Así está el patio, a este nivel llegamos.

En fin, que cada cual saque sus conclusiones que nosotros seguiremos informando, a ver si conseguimos que sea con TODOS los datos de los ensayos clínicos en la mano (aunque difícil lo veo francamente).

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Un comentario

  1. Al final la ciencia (de las farmacéuticas), cada día que pasa, más, se está acercando peligrosamente a la religión, para terminar siendo un «acto de fe» el consumir la mayoría de sus productos, por lo menos los más nuevos, ya que entre ocultaciónes y falsedades en sus informes e investigaciones (o la ausencia de ellos, directamente), nos están adoctrinando (con legión de seguidores bien pagados incluídos) en un nuevo tipo de «medicina», la IMPUESTA… ahh y si dudas o no crees mucho en lo que dicen, te vuelves un NEGACIONISTA o aún peor un PSEUDOCIENCIA, siendo, cuanto menos curioso, que los que se han ido alejando de la CIENCIA y el desarrollo de medicamentos por el bien común han sido ellos, para transitar por la autopista de la unilateralidad/radicalidad del pensamiento (doctrina) único y de la autovía del beneficio ecónomico privado, por encima de toda ética.
    Un saludo.

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