Los rostros de los fracasos de los sistemas sanitarios #CartasaElla
En esta ocasión en el proyecto #CartasaElla, quien escribe las cartas, el abuelo de Ella a la adolescente, intenta poner cara a quienes sufren la iatrogenia o daños provocados por los sistemas sanitarios y en especial por medicamentos. Casos como Essure, Agreal, el suicidio tras ingesta de antidepresivos recetados, son algunos de los que trato hoy.
Mi pequeña Ella, en mi anterior carta traté sobre la iatrogenia, todos estos daños provocados principalmente por medicamentos. Un lastre de nuestra sociedad que actualmente significa una de las causas de muerte más comunes tanto en Estados Unidos como en Europa. Lo que no debemos olvidar, mi pequeña, es que tras la iatrogenia existen personas con nombres y apellidos, los seres sufrientes de todos estos manejos.
Como Angélica del Valle que a la postre sería la presidenta de la Asociación Española de Afectadas por Essure. Su problema surgió por una alergia inmediata al dispositivo fabricado por Bayer que comenzó a las 24 horas de insertárselo los médicos. Le aparecieron manchas circulares rojas a cada lado de la columna vertebral, en la zona lumbar.
A las 48 horas ya estaba llena de granos. A éstos se le fueron incorporando otro tipo de síntomas como dolores pélvicos, sangrados vaginales anormales e inflamación vaginal, dolor de cabeza y mucho cansancio.
Estos síntomas le acompañaron durante cuatro años, empeorando con el tiempo, hasta que le quitaron mediante cirugía las Trompas de Falopio y con ellas los dispositivos.
Los daños que el dispositivo Essure estaba causando fueron descubiertos gracias a los grupos de afectadas que se crearon en Estados Unidos en 2011. Leyendo sus historias, después de mucho tiempo buscando soluciones, fue como empezaron a saber que lo que sufrían no eran imaginaciones suyas ni consecuencia de otras patologías.
Lo que hace que la iatrogenia sea todavía más difícil de sobrellevar por los que la padecen es que no se sienten atendidos por su médico como personas con nombre y apellido sino como números. En el caso Essure, la mayoría de los ginecólogos en ningún momento ha reconocido que el dispositivo sea la causa del dolor de las miles de mujeres afectadas.
Todas presentan síntomas comunes por la instalación del Essure: El dolor pélvico, los sangrados anormales, los dolores en la parte baja de la espalda y/o en una pierna, el cansancio eterno y los dolores de cabeza, aunque también hay otras mujeres que padecen otros tipos de síntomas y efectos secundarios como Elena, Gemma, Carolina, Susana, Raquel, Cosmina o Eva y tantas y tantas otras féminas dañadas.
Tampoco debemos olvidar los casos de mujeres cuyos muelles migran y se les pierden por el abdomen, ni los de mujeres cuyos dispositivos se colocaron de manera errónea y se les ha perforado el útero o las Trompas de Falopio. Como en alguna ocasión ha explicado la propia Angélica:
aunque cueste mucho asimilar que algo que te dijeron que era seguro sea el culpable de tus males, lo mejor que puedes hacer es luchar por recuperar tu salud y volver a ser quien eras».
Mi querida Ella, una de las cosas que más me han impresionado de haber conocido a personas cuyas vidas quedaron marcadas por los daños provocados por medicamentos y productos sanitarios, fue su determinación de iniciar una lucha por la verdad y el reconocimiento de sus daños para que a otras personas no les ocurriese lo mismo. Hay que ser muy generoso para dedicar buena parte de tu tiempo y esfuerzo (más si cabe en personas enfermas) a mantener viva esa esperanza de Justicia y de alertar al resto de la sociedad.
Otra de estas personas es Francisca Gil Quintana quien fue la primera persona en recibir el dossier el 31 de marzo de 2011, varios años después de la prohibición continental del Agreal.
Este informe confidencial que te comentaba en el anterior capítulo nieta mía, sería luego clave para desmontar las mentiras de Sanofi.
Francisca, pese a la gravedad de las secuelas provocadas por el laboratorio con su fármaco, es desde hace años la presidenta de la asociación Agreal Luchadoras.
Con frecuencia sufre mareos repentinos que dan con sus huesos en el suelo pero no ha dejado de volar desde su Canarias natal a Madrid a los actos públicos realizados por la asociación que preside o a Valencia para la celebración de los múltiples juicios por el caso.
Ha contactado con autoridades sanitarias y expertos, se ha concentrado y manifestado ante las administraciones con el resto de afectadas, han desarrollado todas las acciones legales posibles para exigir responsabilidades a laboratorio y políticos, han denunciado de manera constante en los medios de comunicación y en las redes sociales sus padecimientos. Y ello con la sana intención de que se reconozca el daño hecho y que nadie más tenga que sufrirlo.
Todo esto mi querida Ella lo hacen mujeres como Dolores, Mercedes, Eva, Josefa, Alicia o Mariluz, personas que han declarado ante el juez que tras tomar la medicación se sintieron «muertas en vida», cayeron «en picado» y algunas intentaron suicidarse. Paqui volvió a sufrir un síncope al acabar las declaraciones durante uno de los juicios y permaneció durante algunos minutos en el suelo sin saber dónde estaba.
Este medicamento nos ha arruinado la vida pues no solo tengo secuelas psiquiátricas, sino que he tenido tres intentos de suicido», declaraba con posterioridad a la prensa.
Pero te aseguro Ella, que nunca ha dejado de luchar, por ella, por sus compañeras pero también por todos. Las secuelas del Agreal provocaron suicidios de afectadas. Tal era su sufrimiento, imagínate Ella. Una persona tiene que estar muy desesperada para quitarse la vida.
Y no quiero preocuparte en exceso ni amargarte el día nieta mía pero es que los propios medicamentos pueden provocar suicidios. Sí, es algo que está muy documentado en el grupo de fármacos para la depresión. Una aseguradora indemnizó en junio de 2019 la muerte de un hombre, José, que una mañana después de desayunar saltó al vacío en Alicante.
Estaba en tratamiento con antidepresivos, que entre sus efectos secundarios ofrecen riesgo de suicidio. Es algo que el fabricante del medicamento cuestionado ocultó y hay sentencias judiciales por ello.
La compañía aseguradora indemnizó con 40.000 euros a la viuda, María.
El difunto carecía de antecedentes de patología psiquiátrica, la muy cuestionable atención sanitaria que acompañó al tratamiento e incluso los potenciales efectos adversos del antidepresivo que le recetaron, precipitaron su muerte.
Esta persona no se suicidó de manera voluntaria. La jubilación le había despertado algunas preocupaciones. Dejaba una pequeña empresa que él había creado y en la que seguían trabajando algunos familiares.
La situación económica general no le parecía tan boyante como en anteriores épocas pero nada que no tuviera solución.
Lo que sí padeció en aquellos días fue insomnio y consultó con el médico de cabecera. El suyo no estaba y un sustituto le recetó un antidepresivo, la paroxetina y un ansiolítico, lormetazepan. El insomnio se agravó y además empezó a experimentar un deterioro mental y físico (perdió 15 kilos en unas semanas).
Su mujer cuenta que empezó a tener problemas que no existían, pero que para él sí eran reales y aparecieron las ideas suicidas. Cuenta María que su marido le decía
a mí las pastillas no me están haciendo bien. Había dejado de trabajar, pero entonces no se le quitaba de la cabeza que el negocio iba a ir mal”.
De vuelta al centro de salud, esta vez su médico de cabecera le sustituyó el lormetazepan por Orfidal, otro ansiolítico y le conminó a esperar unas semanas a que el tratamiento hiciera efecto. Pero no mejoró.
Mi marido fue a raíz de empezar a tomar la medicación cuando perdió el brillo en la mirada. A veces lo mirabas y era como que no estaba él dentro. Había desaparecido”, cuenta la que era su mujer.
Una mañana estaban desayunando juntos en su apartamento frente al mar cuando él se excusó. Al poco ella le encontró muerto en el patio del edificio desde cuya octava planta se había arrojado.
La relación de causalidad entre ingesta de antidepresivos y suicidio era un secreto a voces. Un análisis del ensayo clínico en el que se basó el fabricante, GlaxoSmithKline (GSK), para justificar la receta de paroxetina (Paxil, Seroxat) a niños y jóvenes, revela que es inefectivo y además puede conducir a la muerte. La compañía ocultó datos sobre el número de suicidios en el grupo del ensayo que recibió la paroxetina.
Otro día seguiré contándote querida nieta pues este tema es un escándalo que yo considero «fantasma» pues está pasando desapercibido para la población.
Todo comenzo con una crisis importante de salud en mi entorno familiar:empece con una enfermedad ocular(uveitis vilateral autoinmune) tratado con Metrotexato y cortisona que me acasiono cataratas.En medio de este proceso me diagnostican adenocalcinoma de prostata con prostatectomia radical incluida.Todo esta espiral deriva en una depresion tratada entre otros farmacos con PAROSETINA.Y si, se me paso por la cabeza en repetidas ocasiones quitarme la vida.Pasado el tiempo vino a mis manos un libro titulado, Medicamentos que matan y crimen organizado,descubriendo que entre muchos medicamentos analizados estaba Parosetina como inductor al suicidio.Hoy afortunadamente estoy muy bien gracias a terapias alternativas(naturopatia,homeopatia etc,y un cambio radical de actitud ante la vida.
José Luis, interesante e impactante tu caso. Cuéntanos brevemente ¿a qué te refieres en concreto con lo de «cambio radical de actitud ante la vida»? Gracias.
Todo dios protesta que los medicamentos son muy perjudiciales, pero todo mundo toma esos venenos. Aver si de una vez salimos del lavado de cerebro que tenenos y buscamos la solución en la naturaleza. Plantas dieta etc. Yo encontre la solución
No se trata tanto de protestar porque sean muy perjudiciales sino de hacer un uso racional de los mismos. Si has encontrado la «solución» cuéntanos de manera breve. Gracias.
En la naturaleza he encontrado la solución. 1 dieta atlántica vivo en Galicia. 2 estar en contacto con la naturaleza. Mar, bosques. Aprender a respirar, duchas de agua fria. Ayuno. Etc