La danza del desalmado

Los bosquimanos son una de las tribus más antiguas del planeta. No comen o beben si hay alguien delante de ellos que no tiene con qué hacer lo mismo. Unos «blancos» les vieron en cierta ocasión atravesar un desierto especialmente seco y en señal de amistad se pasaron toda la mañana cazando para ellos, según cuenta Thom Hartmann en su libro Las últimas horas de la vieja luz del sol. Con el presente en la mano, los bosquimanos emprendieron camino sin agradecer a sus amables y un tanto paternalistas amigos el esfuerzo. Alguno de ellos puso cara de extrañeza y espetó que eran unos desagradecidos pero lo que ocurre es que los bosquimanos piensan en clave colectiva antes que individualista y para ellos no hay razón para que cuando las cosas se hacen como debe de ser, osea bien, haya que agradecerlo.

BosquimanosResulta que sí que dicen «gracias» los bosquimanos. Lo hacen cuando cazan. Cuando matan, cuando quitan la vida a otro ser vivo,  algún animal apetitoso, al que dan muerte para zampáselo, los bosquimanos tanto en el momento de la caza como tras ella bailan una danza por su alma. Sólo matan animales cuando tienen verdadera, clara necesidad, de alimentación.

En cierto modo nosotros también tenemos por absurdo dar las gracias por actos «normales» como pararse cuando el disco marca rojo en un semáforo. Agradecemos cuando existe la opción de hacer las cosas de otro modo, es decir, mal. El sentido del bien y de la importancia de lo colectivo quizá, seguramente, han sido claves para que los bosquimanos sean una de las tribus más antiguas.

Los bosquimanos viven en Botsuana y cuentan con el desprecio de su gobierno, que en reiteradas ocasiones se ha pronunciado de manera racista con ellos; Margaret Nasha, la ex ministra de gobierno local y actual ministra de la oficina del presidente encargada de servicios públicos, dijo en 2002:

A veces comparo [el problema bosquimano] con los elefantes. En una ocasión tuvimos el mismo problema cuando quisimos matar selectivamente a los elefantes y la gente dijo que no”.

Así que aprende de los bosquimanos: si quieres  trascender no mates elefantes.

Enlace patrocinado Natursanix 

Suscríbete a mi Newsletter

¡Y únete a mi comunidad!

¿Te apasiona la salud, la alimentación y la ecología? No te pierdas mis investigaciones exclusivas y análisis en profundidad. Suscríbete a mi newsletter y recibe contenido directamente en tu bandeja de entrada.

¡Suscríbete ahora y sé parte del cambio!

¡No hago spam! Lee mi política de privacidad para obtener más información.

Compártelo:

9 comentarios

  1. Como ha escrito Javier Herraez, uno es porque los demás existen, eso lo estamos transformando en egoísmo, de estas personas tenemos que reaprender dejar el falso orgullo en el que nos movemos.

    Como comenta Pilar R ellos ahora para el “mundo civilizado” valen menos que los diamantes que guarda su tierra, es feroz esa equivocación, no tenemos criterio humano solo material.

  2. Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y le dijo a los niños que aquel que llegara primero ganaría todas las frutas. Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos, después se sentaron juntos a disfrutar del premio. Cuando él les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron: UBUNTU, ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?.
    UBUNTU, en la cultura Xhosa significa: “Yo soy porque nosotros somos”.
    http://mundodespierta.com/2012/04/17/podredumbre-vs-amor/
    Ubuntu!!!!

  3. Me he enterado, por medio de las noticias en la televisión y periódicos,que su Rey fue a matar elefantes al África.

    Acaso esta moraleja de los elefantes viene por esta escapada a escondidas de su Rey? O es pura casualuidad circunstancial?

    No me meto en este asunto pues, creo,que le compete solo a los españoles. Aunque los elefantes son casi patrimonio de la humanidad.

    Saludos desde México.

    Dr. Rafael A. Lavín

  4. Los bosquimanos me dan envidia, no necesitan técnicas para descubrir el desprendimiento, son desprendidos, ¿pero quien son los gobiernos para decidir si les dan permiso para seguir viviendo?, el problema son los diamantes; cuando el verdadero tesoro son ellos. Estamos ciegos. Os recomiendo echar un vistazo a: http://www.survival.es/peliculas/bosquimanosnewsnight

    Son muy inteligentes, no se dejan engañar. Pero el agua que les han acercado el día que interese… ya veremos si no se utiliza en su contra.

    Nosotros pensando si nos tenemos que ir a una cueva para protegernos de la “modernización de la vida” y a ellos se les quiere eliminar. No sabemos estar en el mundo sin generar estos problemas de poder ¿de qué los quieren rescatar? Lo malo de esto es que lo acabarán consiguiendo, acabarán con ellos y aquí simplemente nos lamentaremos.

  5. La sociedad psicopata en la que estamos inmersos no respeta lo sagrado, mata por placer, desprecia los actos altruistas, valora al poderoso inmisericorde, al acumulador de bienes materiales, al corrupto como «triunfadores», pobre gente perdida en su ego, que para controlar a lo que consideran su rebaño, sus subditos, sus inferiores, no dudan en asesinar lo que de sagrado anida en cada uno de nosotros. Su tiempo se está acabando, la fachada se derrumba y queda su miserable estructura al descubierto. Paz, humildad, decencia, espiritualidad, servicio desinteresado, honradez, cercanía y colaboración… son algunas de las palancas que deberán mover el Mundo desde su estado de miedo inducido a la auténtica civilización humana. Deberemos construirla entre todos sobre el respeto, la dignidad y el amor verdadero, no es tan dificil, ya están en nosotros, solo necesitamos rescatarlos, son imperecederos y son tan sagrados y eternos como la Vida misma.

  6. Los bosquimanos son personas que matan solo para comer porque son personas CONSCIENTES de lo que son, de donde viven,de la naturaleza, del grupo…; no como otros, «Palaciomanos», que por lo que parece no saben, ni son conscientes de nada de ello, los «pobres». Muy triste este país nuestro aún con tantos palaciomanos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *