El gobierno australiano va a pagar 2.100 dólares a aquellas familias cuyos hijos hayan cumplido las seis etapas de vacunación existentes en el país. A los que estén vacunados «como dios manda», es decir como el gobierno y las farmacéuticas les dicen (criterios que no tienen porqué estar decididos por necesidades y en base a la evidencia científica). Por lo tanto no hacerlo implica perder ese dinero. La paga se dará independientemente de los ingresos de la familia. Esta indemnización se realizará en tres pagos de $726 cuando los niños tienen un año, dos y cinco años. Al parecer, en Australia, el 11% de los niños de cinco años no están (¿bien?) vacunados. Esta medida se ha tomado para incrementar los porcentajes de vacunación y va a ir acompañada de una campaña específica de Sanidad para promover la vacunación.
En España la aplicación del calendario de vacunaciones es voluntaria y cada Comunidad Autónoma tiene el suyo. En Madrid, por ejemplo, sólo antes de los 18 meses el bebé habrá recibido 24 dosis. La idea australiana, según me cuenta el médico crítico con una parte de las vacunas Juan Gérvas, está obteniendo eco positivo entre pediatras españoles, aunque sin comentario alguno sobre problemas éticos y sociales.
«Vacunar correctamente a todos los que tienen que vacunarse de lo que tienen que vacunarse es un sueño pero «el sueño de la razón produce monstruos» que escribió y dibujó Francisco Goya a finales del siglo XVIII, antes de los los horrores de la Guerra de la Independencia, frente a la Francia en la que él creía de «Libertad, Igualdad y Fraternidad». Los mismos monstruos produjeron las teorías eugenésicas de la mitad del siglo XIX, de Galton y otros que dieron pie al deseo de la pureza de raza, a la eliminación de humanos «defectuosos» (en Suecia, EE.UU. y Alemania, entre otros) y que acabaron en el nazismo y la Segunda Guerra Mundial«.
Las vacunas son intervenciones preventivas; es decir, se realizan con el buen ánimo de evitar males futuros. Las vacunas tienen una historia centenaria que demuestra su bondad y su eficacia, pero han planteado problemas éticos desde su comienzo.
«Lo perfecto suele ser enemigo de lo mejor -continúa Gérvas-. Las cuestiones éticas en torno a las vacunas se pueden analizar y lo he hecho junto a Andreu Segura (en mi opinión el mejor sanitarista de España) y M.J. García-Onieva. Las cuestiones éticas en torno a las vacunas rechazan la imposición. El movimiento anti-vacunas crece en el mundo en mucho por los excesos de los pro-vacunas (como con la gripe A de 2009 y ahora con esto de Australia) y no entre analfabetos pobres».
En una encuesta a 20.000 lectores de Nature y de Scientific American (el 20% de ellos con título de Doctor), sólo el 31% de los europeos y el 69% de los estadounidenses creían en lo que habían dicho los científicos sobre la gripe A de 2009.
«Las vacunas son un tesoro -concluye Gérvas-. Hay que «venderlas» como un tesoro, no por la imposición. El camino de la salud persecutoria es peligrosísimo (anexo, de Castiel y Álvarez-Dardet, también tienen un libro).
No me extraña que la industria farmacéutica se esté deshaciendo de sus comerciales, los visitadores médicos, a los que están despidiendo, porque con gobiernos como el australiano el trabajo comercial ya lo hacen las instituciones públicas.
Hola tengo que hacer un trabajo para la facultad sobre el sistema de salud de algun pais, elegi Australia. El problema es que necesito criticas de la gente sobre el sistema de salud australiano, ya sean buenas opiniones o malas…. Podrian darme su opiñon? , cualquier cosa que opinen sobre la atencion medica australiana, faltantes de medicina, como tratan a los pacientes, LO QUE SEA, todo me sirve.. desde ya muchas gracias!!!
Juan Gervás: «…-no hay datos que permitan asociar a las vacunas con el autismo…»
Me sorprende la ligereza con que descarta los datos del estudio del 2011 que le he dado. Tengo la vaga impresión de que no se lo ha leido y habla de estudios anteriores ya caducos.
Juan Gervás: «desconocemos muchísimas cosas, y por eso como médicos hay que ejercer con la “ética de la ignorancia»
Se desconoce incluso si las vacunas que se están distribuyendo verifican la conjetura «anticuerpos específicos = protección», que es el fundamento de la vacunación. Refiero a este estudio del 2001
What are the limits of adjuvanticity?
Fuente: IRIS Research Center, Italia.
«…It is known that, in many instances, antigen-specific antibody titers do not correlate with protection. In addition, very little is known on parameters of cell-mediated immunity which could be considered as surrogates of protection…»
Traducción: Se sabe que los títulos de anticuerpos especificos usados como medida de eficacia no siempre significan protección. Tampoco se sabe qué parametro inmunológico podría servir de “atajo” (sustuituir a un ensayo clínco) para determinar la capacidad de protección.
El estudio continúa reconociendo las grandes lagunas de conocimiento sobre la eficacia teórica de las vacunas (la que basta para sacar estos productos al mercado):
“… immunological correlates of protection are largely unknown for many infectious diseases…
… the immunological mechanisms of vaccine-induced protection remain unknown…
… whenever correlates of protection have been proposed, they only refer to serum antibody titers…
… there is complete lack of any parameter of cellular-mediated immunity known to correlate with protection…
,,,it is crucial to extend studies in the attempt to define correlates of protection for the most important vaccine targets… “
Traducción:
– Parámetro inmunologico indicador de protección: DESCONOCIDO,
– Mecanismo de protección de las vacunas: DESCONOCIDO,
– FALTA ABSOLUTA de parámetros alternativos indicadores de protección,
– HAY QUE INTENTAR definir indicadores de protección para las vacunas mas importantes.
Efectivamente, señor Gervás, ante tantas duda sistémica sobre la base científica, la seguridad y la eficacia de unos tratamientos destinados a personas visiblemente sanas que no buscan ayuda médica, se debe ejercer ética de la ignorancia repondiendo a estas preguntas:
¿es ético aplicar un tratamiento de consecuencias desconocidas a un niño sano? ¿y masivamente a todos los niños sanos?
Juan Gervás: “el sarampión produce una encefalitis por cada 1.000 pacientes con sarampión; la vacuna produce una encefalitis por cada millón de pacientes vacunados”
Usted vuelve a recaer en la misma falacia numérica. Se lo explico si aun no se ha dado cuenta de donde ha metido la pata:
– La incidencia de encefalitis 1:1.000.000 se aplica a todos los vacunados.
– La incidencia 1:1000 no se aplica a todos los no-vacunados, sino solo a los que contraerían sarampión (una fracción X de ellos).
Por tanto antes de comparar riesgos es necesario conocer la incidencia X del sarampión entre no-vacunados.
Usted no facilita ese dato. Mi estimación en el mensaje anterior es de 1:6.600, dejando el riesgo de encefalitis no-vacunados en 1:6.600.000, es decir, casi 7 veces menor que el de los vacunados.
Si me lleva un pediatra ante el juez por “negligencia” con sus argumentos va a salir del juicio colorao de vergüenza como un pimiento.
Añado tres estudios mas modernos que apuntan a una relación causal entre vacunas y autismo.
El primero es de la Universidad de Columbia, el segundo del New York University School of Law y el tercero del INSERM francés, departamento de Neurología.
2011 – Do aluminum vaccine adjuvants contribute to the rising prevalence of autism? (¿Contribuyen los coadyuvantes de aluminio a la prevalencia creciente del autismo?)
Fuente: Neural Dynamics Research Group, Department of Ophthalmology and Visual Sciences, University of British Columbia, Canada.
«…is it unreasonable to question whether the current pediatric schedules, often containing 18 Al adjuvanted vaccines, are safe for children? … The application of the Hill’s criteria to these data indicates that the correlation between Aluminium in vaccines and Autism spectrum disorders may be causal. Because children represent a fraction of the population most at risk for complications following exposure to Al, a more rigorous evaluation of Al adjuvant safety seems warranted.
2011 – Unanswered Questions from the Vaccine Injury Compensation Program: A Review of Compensated Cases of Vaccine-Induced Brain Injury (Preguntas sin Respuesta del Programa de Compensaciones por Daños de las Vacunas: Sumario de Casos Compensados de Daños Cerebrales Inducidos por Vacunas)
Este estudio documenta la presencia de autismo en al menos 83 casos de víctimas compensadas en juicios por daños debidos a las vacunas, a pesar de que los casos enfatizaban otras secuelas por razones de estratagia legal.
El estudio solo es preliminar, quedan todavía unos 2.500 casos compensados por analizar cuyo estudio sacaría a la luz mas casos de autismo relacionado con las vacunas.
2009 – Efectos del aluminio de las vacunas a largo plazo. (Daños Cognitivos)
Traduzco la introducción del estudio:
«…Las manifestaciones clínicas observadas en pacientes adultos por lo general incluyen artromialgias y fatiga crónica [3,4], que aparece de una manera retrasada después de la última vacuna que contiene aluminio inyectable [2]. Según los registros de la asociación de pacientes franceses E3M, el 78% de los afiliados abandonaron su actividad profesional después de la aparición de manifestaciones clínicas [5], debido a los síntomas incapacitantes, combinados con las perturbaciones intelectuales que afectan a la memoria y la capacidad de concentración. En particular, los pacientes con dificultades para mantener su atención en las tareas de la vida diaria, tales como mantener una conversación o una asignación eficiente de la atención a diferentes estímulos simultáneos. Hasta ahora, el deterioro cognitivo en pacientes con MMF se minimizó y abnadonó a la atención médica, y, de hecho, no se ha encontrado una evidente relación entre la acumulación focal intramuscular de macrófagos cargados de aluminio y la disfunción cerebral a pesar de la creciente evidencia de que las nanopartículas tienen la capacidad única de extenderse por todo el cuerpo y atravesar la barrera hematoencefálica [6]. En particular, existen marcadas variaciones interindividuales en la capacidad para eliminar el aluminio del cuerpo y de la lesión MMF del músculo inyectado [7]. Quejas cognitivas de los pacientes con MMF son similares a los reportados en la esclerosis múltiple (MS) [8], y fatiga intensa puede ocurrir en ambos cuadros [4,9]. Además, los pacientes con MMF padecen de dolor músculo-esqueletal (88%) y fatiga crónica (duración> 6 meses, hasta el 93%) [4]…
Juan Gervás, vaya por delante que sus argumentos dan confianza, pero otra cosa es que los datos en que se sustentan sean reales. Conocer la tasa de encefalitis por padecer sarampión se me antoja mucho más fácil que conocer la misma en la población vacunada. Si se admite una tasa de 1/millón en vacunados ya sabemos que será bastante mayor. Sea sincero, muy pocas veces se admiten los efectos secundarios de las vacunas, incluso no se admiten de forma activa puesto que se trabaja para ocultarlos. Y lo que es a todas luces humillante y vergonzoso, para quien se presta a ello, es no procurar atención sanitaria digna y adecuada a los afectados por esos efectos secundarios. ¿Cuántos son catalogados con síndromes psiquiátricos? ¿por qué no hay datos que permitan asociar a las vacunas con el autismo? ¿No es suficiente con los niños que han contraído alteraciones de espectro autista en días siguientes a la vacunación? Cualquiera que conozca un poco sobre la toxicidad del mercurio sabe que sería esperable la aparición en bebés de efectos neurotóxicos, asimilables al autismo. Como usted comenta, es razonable pedir un sistema de compensación, pero no antes de pedir que:
1. las vacunas respondan a una necesidad real de la población que las recibe. 2 razonablemente eficaces para la enfermedad que se pretende evitar. 3. Seguras, razonablemente seguras (entendiéndose que la total seguridad nunca es posible). 4 Consentimiento firmado e informado, con beneficios y riesgos. Tal y como están las cosas ahora, esperemos que se cambien, no se informa de nada que no sea propaganda.
Hay estudios y datos que pueden hacer sospechar la relación de las vacunas con el autismo, ejm: «Número de vacunaciones, tasas de autismo y mortalidad infantil.
Un estudio publicado en abril de 2009 compara el número de vacunaciones con las tasas de autismo y las de mortalidad infantil en 30 países.
Los niños estadounidenses menores de 5 años tienen el privilegio de recibir el mayor número de vacunas del mundo (el doble del promedio mundial occidental que se sitúa en 18. El calendario de vacunas para los niños menores de 5 años casi se ha triplicado en 25 años. Hoy en día, la recomendación es de 36 vacunas).
Los niños estadounidenses también tienen la incidencia más alta del autismo del mundo.
La mortalidad infantil de los niños estadounidenses no ha descendido y el país ocupa el puesto 34 del mundo por su tasa de mortalidad en menores de 5 años.
La prevalencia del autismo en los Estados Unidos se ha disparado.
En 1970, Treffert publicó el primero conocido estudio de prevalencia de autismo en los Estados Unidos, “Epidemiología del autismo infantil”, con una tasa de menos de 1 por 10.000.
En 1987, Burd publicó un estudio de trastornos generalizados del desarrollo en Dakota del Norte, mostrando una tasa de autismo de 3,3 por 10.000.
En 2007, la Red de Monitoreo del Autismo y Discapacidades del Desarrollo de los Centros para el Control de Enfermedades muestra que la prevalencia del autismo había aumentado a 66 por cada 10.000 o 1 en 150; un aumento de más de 6.000% a partir del estudio de 1970.
En abril de 2009, cuando se publicó este estudio era de 1 de cada 150 niños, (10 veces o más la tasa de algunos otros países occidentales).
En octubre de 2009 las cifras de varios estudios oficiales lo sitúan en más de 1 de cada 100, como vimos en la primera parte…», «Hallazgos de la Comisión de Investigación 5:
«Un creciente número de científicos e investigadores creen que una relación entre el aumento de los trastornos del desarrollo neurológico del autismo… y el aumento del uso de timerosal en las vacunas es plausible y merece más examen».
Otro hecho que fue ocultado es que un estudio del mismo CDC en junio de 2000 descubrió «una correlación positiva estadísticamente significativa entre la exposición acumulativa» al timerosal y los síntomas de trastornos del espectro autista. El análisis del CDC de aproximadamente 110.000 registros de los niños con reacciones adversas a las vacunas, condujo a una reunión secreta entre los altos cargos de salud del gobierno y representantes de la industria de vacunas en el Centro de Retiros Simpsonwood cerca Atlanta.
Las actas de esa reunión se obtuvieron gracias a una solicitud de Robert Kennedy Jr. a través de la Ley de Libertad de Información. Durante la reunión, el responsable científico del estudio de los CDC, el Dr. Thomas Verstraeten, declaró: «Este análisis sugiere que en la población estudiada, los riesgos de tics, el TDA, el lenguaje y retrasos en el habla, retraso en el desarrollo en general, pueden incrementarse por la exposición a mercurio de las vacunas que contienen timerosal durante los seis primeros meses de vida».
El examen del Congreso de las conversaciones Simpsonwood llegó a la conclusión de que «muchos de los que participaron en los debates sobre el timerosal deseaban refutar el estudio». De hecho, esto es lo que efectivamente ocurrió después.
La reunión clandestina Simpsonwood decidió ocultar los resultados al público y proceder a una nueva investigación con los mismos datos mediante el empleo de factores de confusión, es decir utilizando criterios subjetivos, no científicos con objeto de sesgar un estudio para probar un resultado deseado. En consecuencia varios años después, el nuevo estudio de los CDC se las arregló para negar cualquier relación entre el timerosal y los trastornos del espectro autista». «Según un informe reciente de Michael Wagnitz, un químico estadounidense “Eso significa que si un niño pesa 4.98951 kg (11 libras), el niño no debe exceder la dosis de de 25 mcg en un día. Este nivel determinó el límite máximo de seguridad basado en un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, titulado «La neurotoxicidad de Aluminio en Recién Nacidos Prematuros recibiendo Soluciones de Alimentación Intravenosa.» Sin embargo una sola vacuna contra la hepatitis B, administrada al nacer, contiene 250 mcg. de aluminio. Esto rebaja de forma importante el listón de la toxicidad del aluminio en lactantes y niños de la Academia Americana de Pediatría de 1996, «El umbral de toxicidad del aluminio en la sangre puede ser inferior a 100 mcg por litro.»
Resto del artículo y gráficas en: http://www.amcmh.org/PagAMC/downloads/autismo2.htm a ver si entre todos podemos, sin dogmatismos, buscar la verdad. Salud.