Una mujer violada es desatendida por la policía y maltratada en el hospital
La deshumanización que vivimos parece que no tiene límites. Gracias a la Asociación El Defensor del Paciente he tenido acceso a la carta de la madre de una mujer violada el domingo pasado que no tuvo ayuda de la policía de su pueblo cuando les llamó y en el hospital prácticamente ni la atendieron. La mujer, de 30 años de edad, se dirigía el domingo desde Villanueva de Castellón a su pueblo, que está a dos kilómetros. Recorría una carretera muy transitada ya que existe un complejo de restaurantes y piscina enorme. Cuando estaba aproximádamente a diez metros de la piscina la atacaron dos individuos que salieron de un campo de naranjos que está casi pegado a la piscina. La golpearon y mientras uno la cogía de las manos y otro de la cabeza la violaban sin parar y se reían y burlaban porque estaba con la menstruación.
Si el relato les parece duro -a mí se me revuelven las tripas- imagínense que, como les digo, lo ha escrito de su puño y letra la madre. Cuando los agresores acabaron la golpearon de nuevo y se marcharon. Su víctima en ningún momento perdió el conocimiento y caminó entre los naranjos hacia su casa que está a unos diez minutos a pié. Llevaba la ropa rota. Mientras llegaba a su vivienda no dejó de llamar a la Policía municipal del pueblo pero nadie contestó a la llamada (según el alcalde, desde las 5 de la mañana hasta las 3 de la tarde no hay nadie en el puesto por falta de presupuesto). Ella por miedo a lo que pudiera ocurrir no llamó a su marido pero como no le cogían la llamada en el puesto policial lo localizó y rápidamente acudió toda la familia y la Guardia Civil, que tardó 20 minutos.
La mujer fue trasladada al hospital, atendiéndola una ginecóloga de guardia que, sin reconocerla ni ofrecerle una palabra de ánimo, le dijo que la normativa del hospital era primero hacer la denuncia y luego ya veríamos. Increible que esto pueda suceder en pleno tercer milenio, en un país supuestamente civilizado, en un centro de «salud» y por una profesional de la medicina que además es mujer, como la agredida. Además, ¿qué normas son esas? Entonces acudieron al juzgado de Xátiva donde afirmaron que en el hospital estaban locos, que era primero la paciente y luego la denuncia ¿de sentido común, no?
De nuevo en el hospital ni la miraron y le dijeron que se esperara a que viniera el forense de Valencia. Como es normal, la víctima no aguantó más y se fue a su casa. ¿Qué manera de trabajar es esta? No le hicieron pruebas ni la revisaron ni la vio un psicólogo ni le dieron la píldora del día después, apenas le realizaron la prueba del sida; a una víctima de violación y de agresión le dijeron que fuera al médico de cabecera para que le prescribiera un antibiótico. Sin palabras .
Buenas tardes, parece mentira que en un pais del primer mundo y de las caracteristicas del nuestro se den estos hechos que yo considero como crimenes contra la humanidad. Creo que es hora de ponernos todos/as a la tarea de erradicar esta lacra y no tolerar ningúna actitud sexista que sustenta esta violencia.
Como profesional sanitaria, concretamente matrona he atendido casos de agresión sexual. El proceder de la profesional que atendió a esta mujer es intolerable, la persona que acude en esas circunstancias tiene que ser atendida en todo momento y prestarsele la ayuda profesional y humana que requiere.
Según el protocolo de asistencia en las agresiones sexuales, efectivamente no se debe explorar fisicamente a la victima hasta que sea reconocida por el forense pero eso no significa que no se le atienda en sus necesidades.
Se debe prestar la atención sanitaria de urgencia en un único centro y prescribir y administrar el tratamiento alli mismo. Después se le derivará a los organismos pertinentes para que sigan haciendose cargo de su atención fisica, sicológica, legal, etc
No es cierto que primero hay que denunciar, de hecho se pone la denuncia de oficio desde el mismo hospital, es intolerable que una persona en estas circunstancias tenga que ir de un lado a otro. En una situación de urgencia, lo primero es atender a la persona, lo contrario es denegación de auxilio. No se puede tolerar que el desconocimiento de un/a profesional repercuta negativamente en el/las pacientes.
Esta mujer violada, ha sufrido una doble agresión, una por parte de los violadores y otra por parte del hospital.
La médico que le atendió debe ser expedientada y sancionada.
En cuanto a la policía, es frecuente que haya descoordinación, que haya horario de desatención, que haya varios teléfonos, etc por lo que es mejor llamar al 112 donde además en teoría se activa un protocolo de atención a las victimas.
A esta mujer le digo que no esté sola, que no está sola, que hay organismos especializados en estos casos, que se ponga en contacto con ellos y que se dé tiempo para cuidar sus heridas.
Le envio a esta mujer mi cariño y mi deseo de pronta recuperación, que no deje de confiar en las personas, que hay muchas maravillosas.
Luchemos para que no haya ¡¡ni una más!!! ¡¡¡Basta ya!!!
Lola
Es horrendo el mecanismo vicioso en el sentido de cíclico que estamos inmersos, cómo podemos reaccionar así, a mí también me han dejado tocada las dos historias, la del post y la que cuenta Pilar Remiro, leyéndolas el otro día y aún no se cómo expresar la alarma de la abundante inmoralidad en la que vivimos todos ¡cuánta doble moral!
Todo mi respeto para la mujer, la victima.
La doctora es otro tema, da pena.
Estoy de acuerdo con Josep M.
Por cierto Pilar, estos temas son muy pero que muy delicados y has sabido contestar con mucha elegancia.
Miguel Jara mi felicitación por tu humanidad.
Es muy facil decir que hay que denunciar, esa mujer lo primero que necesita, es apoyo, hemos de tener en cuenta que en el Pais Valencia ,hay muchas plazas de sanidad puestas a dedo,es bastante mafioso el sistema de funcionamiento,por lo que es bastante probable,que si la doctora que la atendio es una enchufada,la denuncia,quede en nada.Deberiamos apoyarla los que estamos bien (a la victima).Me apunto.Mi solidaridad y cariño para esta mujer. Un abrazo.
Miguel, he visto tu nota por casualidad, me han dicho que lo mirara, no estoy con un día suave, la fatiga y la SQM hacen estragos. Por eso disculpa si no me expreso bien.
Cuando lo escribí pensé que pasaría inadvertido, solo pretendía (por solidaridad con la mujer agredida triplemente) poner de manifiesto la crueldad a la que llegamos las mujeres aun estando en un ámbito como es el de la salud, en el que parece que las personas tendríamos que estar más centradas. Agradezco el interés, no es falta de confianza, simplemente este es “un lugar público”.
Dices: “es que me sigue pareciendo increíble”. La respuesta que te puedo dar, es que es cierto y las palabras textuales.
El tema es muy delicado, con el tiempo he aprendido dos cosas:
1ª saber lo que puedo contar, como y hasta donde.
2ª como dice Dalai Lama: «Si quieres ser feliz, practica la compasión. Si quieres hacer felices a otros, practica la compasión. La compasión no es signo de debilidad, sino de fortaleza interior.»
Asi que me atendré a lo aprendido, lo demás hace daño a una misma y a los demás.
Al margen de lo que diga el test, eres inteligente… un afectuoso saludo.
Que terrorífico panorama se ha presentado en estos dos escritos: el post y el comentario de Pilar Remiro. Los hombres tenemos un camino pendiente al que nos da pereza lanzarnos por la posibilidad de perder privilegios, ante estas vivencias me pregunto ¿de qué privilegios hablamos, cuales perderíamos?
No consigo articular las palabras para mostrar mi vergüenza como hombre, como ser masculino, pero tampoco las encuentro para comprender estas actitudes en mujeres, seguro que la doctora que “no atendió” a esta señora después de semejante barbarie se ha situado en la dureza más propia del hombre que de la mujer para mantener su puesto, pero hay algo en su interior que no está bien, como el caso que relata Pilar R, seguro que esta mujer sigue viviendo con ese “hombre” y sigue justificándolo, tampoco esta mujer es posible que sea feliz, es incompatible. ¿Cuántos casos habrá así? Y nosotros pensando que estamos avanzando… ¿pero quién nos hemos creído que somos por tener pene?
Ante la violación nos hemos esforzado en encontrar la palabra que nos permitiera encontrar una explicación, hemos analizado y valorado desde la razón. Y sin embargo no sólo no la hemos encontrado, es que seguimos sin comprenderla. Pero comprender al que sabe lo que ha hecho o al que se niega a cuidar de quien lo ha sufrido y guarda silencio desde el inicio, es desconcierto siempre, pero sobre todo si es una mujer. Que sigamos sin saber ponernos en la piel de la persona agredida es algo que me supera. La explicación que estamos buscando de momento no existe, porque se ha cubierto de silencio. Como dice Mabel, a mí también me ha impactado la historia que cuenta Pilar Remiro, tanto en la información de esta desgarradora vivencia como en la que cuenta ella, lo único que intenta imponerse es el silencio, que es una forma de complicidad.
Con el dolor de saber que hay una mujer más marcada por la violación pero también por el trato del entorno, le envío desde aquí mi deseo de que encuentre el valor preciso en lo más íntimo, para que pueda ver y comprender que ella no es la culpable de la barbaridad de los otros.
Desde el respeto sereno toda mi consideración a esta mujer.
Maite, Mabel, y sobre todo Pilar, a mí lo que has contado Piñar me ha llegado como un flasazo brutal, me pregunto si puedes dar más detalles (no hace falta nombres), es que me sigue pareciendo increible. Gracias.
Estos temas son tan dolorosos siempre, que si me había quedado impactada por la información del post, ahora al leer lo que ha escrito Pilar Remiro, ya no sé si estamos en el 2011 o en la época medieval. ¿Cómo se puede trabajar en sanidad, pensando y sintiendo así?
Lo que está claro es que estas personas no son sensibles y menos lúcidas. ¿Qué valores internos tienen?
Si estas reacciones se deben al desprecio por su propia persona, por la historia que les acompaña, tienen un problema muy serio y esto tendría que ser revisado por riesgos laborales de su empresa, el médico de cabecera seguro que ha observado alguna alteración y no se atreve ni a plantearlo, enviándoles al especialista que necesiten; los pacientes no van a urgencias ni a ningún servicio sanitario para servir de desahogo de las rabias internas del personal.
Desde aquí mi afecto y respeto a esta mujer que ha quedado marcada para siempre en su interior.
Las mujeres no existimos para ser violadas, habremos de trazar otros caminos que nos proporcionen un destino diferente.
Aclaro, cuando hago mención al escrito de Pilar Remiro hago referencia a la historia que cuenta, de una mujer que fue capaz de disculpar la violación que su marido hizo a otra mujer.
¡Esto es indisculpable!
Anonymous y Bernard.
No se de donde se han sacado ustedes que yo no defiendo a la mujer y defiendo una medicina inhumana. ¿Ustedes a quien defienden?
Una vez una mujer le dijo a otra “de qué te quejas, de que te haya violado mi marido, nos habíamos enfadado y necesitaba desfogarse, no exageres no es para tanto” esta persona trabaja en sanidad.
Hay de todo en todos los ámbitos de la vida.
Primero y de forma totalmente desde las entrañas mi sentimiento hacia el dolor esta mujer que difícilmente restaurara su vida después de esta experiencia.
Segundo que le caiga una denuncia enorme a la persona que la atendió en el centro sanitario y a su responsable.
Tercero la fuerzas del orden se llamen como se llamen nunca están cuando se les necesita ¿para esto no hay defensa?
Es terrible que se siga normalizando la violación, habla mucho de la moral con la que convivimos.
Creo que no han leído ustedes bien al Doctor «Es momento de pasar a la acción, esta mujer debe denunciar a “todo aquel/aquella que crea que la ha maltratado”. La compasión brilla por su ausencia, es mi opinión» entre otras cosas. Me da la sensación de que la gente confunde muy fácilmente.
Esta frase que creo que ustedes no han entendido «Los médicos están sometidos a tal presión de miedo, que antes de poder hacer cualquier cosa se la piensan y se atienen al “protocolo” aunque este sea inhumano» No va en favor de esta actuación, ni la justifica, creo yo, y no creo que me equivoque. Lean despacio y lean sin prejuicios, y así podrán saber lo que el otro les está diciendo.
Contra la deshumanización galopante camuflada en múltiples excusas no queda más solución que los pequeños gestos de amor, solidaridad y compasión que todos los bien nacidos sabemos y podemos ofrecer. ¡Además son contagiosos!
Siempre serán pequeñas pero bellas estrellas en el inmenso firmamento.
Yo, Dr. Javier Herraez, opino que ante todo protocolo hospitalario, o miedo de los medicos, no se a que, la verdad, está el sentido de ayuda humanitaria, a alguien que ha sufrido una violacion y una paliza, que la pastilla del dia despues, esta muy bien, pero la atención, el consuelo, el apoyo, en fin ser humanos de verdad, ¿donde queda?, y si fuera su hermana, o su hija? opinaria de la misma manera?, no lo creo, entonces, no justifiquemos lo injustificable, no hay excusa que valga, ese ser humano merece muchisimo mas de lo que ha recibido por parte de las autoridades policiales y sanitarias.
En mi opinión el grado de criminalidad de la doctora es el de negación de auxilio y vejación añadida. Lo del alcalde es de responsabilidad que implica también el auxilio, no a una, si no a cualquier víctima. Yo una vez llamé al teléfono de atención a la mujer maltratada porque un individuo me agredió verbalmente y amenazó y llamé porque lo peor es que un policia joven en la comisaria estaba amigueando con el agresor y usando muy mala educación conmigo. Casi termino poniéndole una queja a él, pero lo peor es que el teléfono de la mujer en Andalucía fue lo peor. Me dijeron que no querían saber nada. Ni me dieron otro teléfono y con tono irritado me dijeron que lo de la violación no era su tema si no la violencia doméstica. Eso es lo que pasa cuando el estado convierte el feminismo y la violencia a mujeres en un asunto administrativo y despoja al pueblo, en este caso las mujeres, de su poder para protestar y luchar sin interferencias políticas. Yo demandaría a la doctora y al alcalde. Ellos hicieron la segunda violación. ¿Qué pasa con la sanidad, están deshumanizados?
Dr. Javier Herráez, creo que debería usted dejar un poco de lado el exceso de pensamiento que profesa y ponerse un poco más en el pellejo de la victima.
Si la victima tuviera lazos sentimentales con mi persona, no dudaría en aplicar justicia por mi cuenta, pues está claro que nadie más la va a aplicar, ya que incluso suponiendo que llegaran a detener a los agresores, la pena impuesta nunca compensaría el daño ETERNO que han causado. Y creame, no le gustaría que le dijera lo que haría con ellos, porque ni en las peores películas de terror lo podría encontrar.
Como siempre digo, las cosas ya están fuera «de madre» (nunca mejor dicho). Antes de continuar decir que mis comentarios son teniendo en cuenta que lo relatado por la madre de la víctima fuera así como dice ser. Siempre habría que oir a las demás partes.
Los médicos están sometidos a tal presión de miedo, que antes de poder hacer cualquier cosa se la piensan y se atienen al «protocolo» aunque este sea inhumano.
Las mujeres, en este caso la ginecóloga, están sometidas a tal cambio (que les saca de sus papeles biológicos) que las vuelve inhumanas.
El tema de género está tan manipulado que aunque en los medios se siga «informando» que los hombres son los agresores (creo que es falso: los hay masculinos y femeninos) sin embargo la víctima se sigue ninguneando en todas partes (la víctima mujer cuando lo sea y el hombre cuando lo sea, ver las razones y mecanismos de esto necesitaría de un debate de horas en el medio y el momento adecuado y con la finalidad de ser útil, no solo de informar.
Es momento de pasar a la acción, esta mujer debe denunciar a «todo aquel/aquella que crea que la ha maltratado». La compasión brilla por su ausencia, es mi opinión.
Lo peor de todo es que una agresión de este tipo (la primera: la violación) puede generar en la paciente: endometriosis, tumores de piel, descalcificación, esterilidad, depresión, psicosis, etc. pero es más probable si se le unen las otras agresiones, tratos que si hubieran sido humanos seguramente habrían bloqueado el salto de los conflictos que acausan estas enfermedades. Todos ellos, y muchas otras posibilidades que no nombro por falta de tiempo, descritos por la Nueva Medicina de Hamer. El sistema no atiende estas enfermedades «como consecuencias directas de ello» porque no lo contempla, pero es que ahora tampoco atiende humanamente a las personas.
Y lo que me parece más fuerte es que no le den la pastilla del día siguiente, cuando sería lo único para lo que su utilidad puede estar justificada: para mujeres violadas y que a su vez decidan tomársela, en mi opinión. Tampoco, bien es verdad, se la negaron, solo que la remitieron al centro de salud, lo que me remite de nuevo a la deshumanización de esta medicina carcomida por el miedo. El sistema en vez de defendernos posibilita que la deshumanización sea la norma.
Creo que la ginecologa o da una alternativa y buena explicación o se inventó las normas y por lo tanto debe de ser cesada en su trabajo en urgencias.
Pues esta mujer debería denunciar a la persona que le vio en el hospital, con nombre y apellido, y enterarse quien estaba a esa hora en el puesto policial, e igualmente denunciar (sobre todo a los del hospital, la que le mandó al médico de cabecera y le mandó un antibiótico, a esa o ese, ya que sabemos que la policía no está para cuidarnos, ni salvaguardar nada nuestro) si no lo hace todo seguirá igual, y en su mano está poner freno o al menos intentar algo (que es que luego nadie denuncia estas cosas).