El "desnombramiento"

Crece la llama del escándalo en Colombia por el «desnombramiento» de Claudia P. Vacca al frente de la agencia de medicamentos del país, el Invima.  Alberto Bravo, el director de Asinfar, que representa a la industria farmacéutica nacional, que en Colombia sigue un rumbo distinto de la patronal de las multinacionales farmacéuticas, ha declarado:

“Sí sabemos que el veto vino de las multinacionales. Hubo una carta interna en donde el presidente de Afidro daba a entender que Claudia era una activista”.

La carta enviada por Francisco de Paula Gómez, el presidente de Afidro, a todos sus asociados era para informarles sobre la designación de Vacca como directora del Invima. Mencionaba que Vaca había sido “defensora de políticas a favor del acceso a medicamentos”, eufemismo para explicar que es una activista pro-genéricos y anti-marca. En el e-mail, Gómez le contaba a sus asociados que acababa de hablar con Vacca, quien le había confirmado su aceptación y que asumiría funciones el 16 de agosto, cuando volviera de un viaje.

¿Por qué de Paula Gómez considera a Vacca una «activista»? En 2007, el Colegio Nacional de Químicos Farmacéuticos trabajaba en la organización del Cuarto Encuentro Nacional de Farmacovigilancia. Vacca actuaba como coordinadora académica por parte de la Universidad Nacional. En ese encuentro se dieron fuertes tensiones con Afidro porque Francisco de Paula Gómez, actuando como director de Afidro, solicitó a la organización del evento eliminar del programa el tema de I+D y el caso de las enfermedades inventadas (disease mongering), que iba a tratar el periodista especializado en el tema Ray Moynihan.

En una reunión con él, los responsables de las jornadas le dijeron que el Colegio le podía dar a su organización todas las garantías para que expusieran su posición frente al tema, pero vetar un tema en un evento académico sería una intervención inaceptable tanto para el Colegio de Nacional de Químicos Farmacéuticos como para las demás organizaciones implicadas en la realización del evento. A pesar de que efectivamente Afidro impidió que muchos profesionales que trabajaban en sus organizaciones asistieran al evento, este se llevó a cabo con todo éxito en la fecha programada. En ese momento Afidro estaba en la Junta Directiva del Invima (asunto que les expondremos en una próxima información).

El escándalo del «desnombramiento» puede aumentar si, como se prevé, el gobierno colombiano nombra a Conrado Gómez Superintendente de Salud. La Superintendencia en Colombia controla los hospitales y las aseguradoras. Se da la circunstancia que Conrado es hermano de Francisco de Paula Gómez, el presidente de Afidro. El parentesco acrecienta los temores de que la industria farmacéutica vaya a tener una gran injerencia en el gobierno que está formándose.

Más info: En los libros Traficantes de salud, Conspiraciones tóxicas y La salud que viene.

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3 comentarios

  1. Las Multinacionales Farmaceuticas siempre han dejado por el suelo a sus competidores (la industria nacional), porqué no investiga el caso de Merck – Biopharma de Colombia, como el primero quiebra al segundo al negarse a pagarle un dinero que se gano prestandole servicios.

  2. Escandaloso, sencillamente escandaloso al estilo Borgia. Proponen a alguien para un cargo, a la industria farmacéutica no le gusta esa persona y la veta, y para superintendente nombran al hermano del presi de Afidro, sólo nos falta un violinista y tenemos la cosa nostra. ¿Podría haber más injerencia de la industria privada en un gobierno?

  3. Gravísimo. Parte de lo que Perkins llama la corporatocracia. Lo peor es que esto es una tendencia en todo el mundo al aumento del poder (sí, aún más) de las corporaciones en la vida política.

    En Sudamérica, con la excepción de Colombia y Chile, tenemos gobiernos relativamente alejados de las grandes corporaciones que no les responden tanto como estas quisieran. Tenemos suerte.

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