El fin de una era, la esperanza del cambio
De todos los resúmenes sobre cómo ha transcurrido la Cumbre del Clima de Copenhagen y qué conclusiones pueden obtenerse creo que uno de los más claros y concretos es el que reproduce Internautas TV escrito por el ex europarlamentario de Los Verdes, David Hammerstein, que les muestro a continuación. El actual modelo económico es un fracaso. No sólo no hace felices a la mayoría de las personas que viven bajo su órbita, casi todos los habitantes del planeta, sino que aumenta las desigualdades, promueve la guerra como manera de abrir nuevos mercados, condena a la explotación laboral a la mayor parte de las personas y depreda la naturaleza sin contemplaciones. El acuerdo de mínimos de la ciudad danesa es lo más parecido a un suicidio programado al que sólo le veo como positivo que es la viva demostración de que buena parte del mundo ha asimilado el fracaso del capitalismo. El desacuerdo generalizado cuando era tan necesario un acuerdo ambicioso así lo demuestra. Creo que lo responsable es ejercer la desobediencia civil hacia un modelo ruinoso, no participar en la medida de lo posible en su alimento. Pero no debemos olvidar que son necesarias las alternativas aquí y ahora, participemos también en la medida de nuestras posibilidades en la construcción de alternativas, las hay y pueden resumirse en una palabra: Ecología.
El actual modelo ha de dar paso a una economía limpia, equitativa, en la que productores cuenten a la hora de producir, enfocada a las necesidades y no a la pulsión del consumo por el consumo. El modelo político que sostenga esa economía ha de ser democrático, participativo por democrático, llevada la capacidad de decisión de las personas a todos los ámbitos: familia, empresa, comunidades e instituciones de todo tipo y a la administraciones públicas.
Es el propio modelo económico global el que está en crisis. Seguramente habrá quien piense que la crisis es el propio sistema. A decir verdad, la crisis es el estado normal de funcionamiento del modelo. Así ha sido desde el principio. No puede ser de otro modo cuando dicho «proyecto económico», por llamarlo de algún modo, se cimenta en el crecimiento infinito en un espacio finito como es el planeta Tierra, la casa común que nos acoge. Y ahora vemos y sufrimos sus consecuencias.
Alguien dirá que no hay más que ver el estilo de vida occidental o los progresos de la civilización occidental para ver que «nunca hemos vivido mejor». Precisamente observando dicho «estilo de vida» entendemos que vivimos en una burbuja, un modelo de alienación psíquica, insostenibilidad ecológica, injusticia social -sólo una minoría puede vivir en el despilfarro-. Urge revisar qué consideramos progreso, bienestar, calidad de vida, porque me temo que estos sólo podemos hacer que perduren en el tiempo, que sean sostenibles -que se sostengan por sí mismos hacia el infinito- dando un giro a nuestro sistema de vida y apostando por valores como la austeridad, el reducir la velocidad de nuestro ritmo de vida y de la economía, el ahorro y la eficiencia energética, el consumo en función de necesidades.
Podría seguir y seguiré en otras ocasiones pero creo que este último concepto puede bien servirnos de villancico navideño, no se me ha ocurrido nada mejor, no tengo ánimo para ello. Sean felices estos días navideños, intenten practicar la esperanza del cambio. Y no se pierdan el video «The story of stuff», gran éxito de 2009 que ahora tiene subtítulos en castellano. Todo sobre nuestra economía tóxico-consumista: Para cambiar de sistema en vez de clima, como me escribe quien me lo envía.
P.D. navideña: Ah!! y ya que estamos en Navidad aprovecho para hacer mi carta a los Reyes Majos, entre los que supongo que se encuentra la reina de Dinamarca a la que se le atragantó el turrón en la cena de gala de despedida de la Cumbre de Copenhagen cuando Juantxo López Uralde, director de Greenpeace -España, apareció con su encajado frac y una pancarta reivindicativa en el salón de su majestad. Lo han detenido y lo tienen preso en aislamiento, sin juicio, y no lo quieren soltar hasta después de Navidad, el día 7 de enero. Queridos Reyes Majos… este año hemos sido muy buenos (observen que con la crisis global que hay liada no hemos montado ninguna algarada…) les pido que Juantxo vuelva a casa por Navidad… Firmado: un religioso súbdito.
Más info: El libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, 2009) contiene un epílogo titulado La esperanza brota de la crisis que abunda en esta línea.
Creo que se equivoca en su enfoque sobre los objetivos tras el cambio climático y las fuerzas que buscan un cambio de modelo económico asociado a las energías verdes y a una gestión planetaria global.
A pesar de que tiene toda la razón en resaltar que el modelo económico (yo no diría sólo económico sino que, mucho más importante, principalmente el modelo social) es un fracaso, esto no justifica todo lo que hay tras las fuerzas de cambio basadas en el ecologismo. Por si no se han dado cuenta, ya hay autores que dicen que dicho movimiento ha sido «secuestrado». El modelo energético de combustibles fósiles ya es pasado. La Elite banquera indutrial ya lo ha decidido. Tan sólo hay que instaurar los mecanismos sociales y, sobretodo, legales que les permitan explotar las energías alternativas y/o verdes en regimen de exclusividad y produciéndoles aún más beneficios. El presidente de Iberdrola recientemente comentó que la aprobación de algunas propuestas formuladas en Copenhagen subiría aún más la factura energética. Pero además, la ONU (que es la que anda detrás de esta mega-campaña pro ecológica basada en un argumento que todavía es controvertido a nivel científico: el cambio climático) pretende recibir la gestión legal de todos los recursos naturales del planeta, con la excusa de que son un todo (Gaia) y que tiene que ser gestionados como tal. Una vez que se contruya esta infraestructura legal, todos pagaremos un impuesto por usar el aire o el sol para obtener energía. Esto se justificará con la necesidad de proteger el medio ambiente, pero la realidad será que una vez abandonado el modelo del combustible, la energía será aún más cara… esto está sucediendo ya. La propia Elite que se ha beneficiado del modelo actual ahora muestra sus miserias, pero tan solo por el interés.
Hola Miguel, aprovechando tu texto me gustaría aportar un poco.
Yo no soy pesimista en cuanto a la victoria de la esencia de las cosas, aunque muy feas se pusieran las cosas en el plano ecológico y físico-material…
Es cierto que las crisis o dificultades se pueden aprovechar para aprender cosas y salir con alternativas mejores, pero una visión de ecología separada de los «males políticos verdaderos» no da la respuesta. Lo primero es que de la misma forma que algún idealista quiere aprovechar la crisis para que la gente despierte y se cambie el modelo, no hay que dejar de ver que los que «hacen el dinero», también quieren aprovechar la crisis para imponer su modelo, y su modelo es algo que llevan intentando imponer desde hace más de dos siglos y no se van a retirar ahora justo cuando aparece esta crisis que cualquiera puede ver que es prefabricada.
La batalla todavía no ha terminado, yo le pongo unos 15 años más… nada de pesimismo, batalla hasta el final.
Un saludo.
Soy pesimista en cuanto a esta cumbre, no creo que a los grandes poderes les importe el medioambiente, es mas estoy viendo como esta cayendo por parte de estos poderes la censura en Internet, hace poco en mis comentarios en algunos sitios incluía un enlace a este blog por el tema de las vacunas del laboratorio Baxter, resulta que de a poco el circulo se va cerrando ya no puedo incluir nada que apunte a casos de este tipo, es mas casi no se puede hablar de algo negativo sobre Obama con su desastrosa presidencia.
Con el pretexto de los derechos de autor también veo una maniobra en ese sentido.
El poder se esta volviendo un poco loco.
Y otro aspecto cuando menos sorprendente son las certifIcaciones medioambientales conseguidas año tras año por las empresas que más contaminan y/o implicadas en deslocalizaciones de sus factorías para fabricar sus productos por mano de obra semiesclavizada; empresas como Inditex (Zara) o Repsol.
Que empresas que realizando estas acciones consigan valoraciones de responsabildad corporativa positivas hace dudar a cualquiera con sentido común en la autenticidad de las certifcaciones y en los criterios tomados en cuenta para dicha valoración.
Que estas empresas (y muchas otras) nos las presenten como las numero se asemeja a que nos regalen billones de tóxicos mortíferos y cancerígenos en una caja de regalo con su lacito incluido.
Feliz Navidad.
Es de preveer que los grupos empresariales que se benefician con la NO implantación de sistemas energéticos NO contaminantes si que han llegado a acuerdos y medidas para seguir contaminando y manipulando a la opinión publica con sus medios de comunicación masivos perfectamente controlados.
El que haya tenido por ejemplo mas repercusión y seguimiento la cirugía estética de Belen Esteban que la muerte asegurada de millones de personas por el cambio climático es la prueba evidente de hasta donde llega la estupidez inducida de nuestra sociedad.
Pero es que les es mas interesante a la inmensa mayoría del planeta tratar el tema de los éxitos del Barça que el cambio climatico…( ).
El problema NO esta en los títeres mandatarios, esta en la gente que no ven ni quieren ver que a sus hijos les quedara un planeta destruido. Sin embargo es mas inteligente pensar únicamente en la presente Navidad, en regalitos y en cuentos de reuniones donde no se pudo hacer mas, ¿o no?
Hola Miguel. Muy bien dicho. A veces soy muy pesimista ante el futuro del planeta, ante el futuro de la humanidad, porque me parece que esto no va a cambiar… Pensaba que con la crisis economica podian surgir nuevos debates entre la gente, que surgiera un replanteamiento del modelo económico actual (para intentar cambiarlo, no para ponerle parches…), y que de alguna forma la masa «aletargada» despertaría, pero no parece ser así.
Te sigo en el blog desde que supe de tu labor en una charla que impartiste en Diagonal. Yo estudio periodismo y sinceramente algun dia me gustaria hacer lo que tu haces. Admiro muchisimo tu manera de enfocar las cosas y el arrojo en tu trabajo. Creo que los periodistas «idealistas» lo tenemos cada vez más difícil.
Felices fiestas!!