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Ozempic, obesidad y estigmatización: Campaña de marketing del miedo de Novo Nordisk para vender su peligroso fármaco

Llevo más de dos décadas investigando los entresijos de la industria farmacéutica, la medicalización de la sociedad y el llamado marketing del miedo. Hoy quiero detenerme en una campaña que ha levantado una polvareda más que justificada: la última iniciativa de Novo Nordisk, fabricante del famoso fármaco Ozempic, que bajo el lema “La obesidad puede matar” ha inundado marquesinas y redes sociales con un mensaje tan agresivo como interesado.

El marketing del miedo: manual de instrucciones

No es la primera vez que denuncio cómo la industria farmacéutica utiliza el miedo como palanca para vender más medicamentos. En mi libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo ya advertía de esta estrategia: Convertir problemas de la vida cotidiana o factores de riesgo en enfermedades graves, urgentes, que requieren intervención médica inmediata y, por supuesto, tratamiento farmacológico. Y ello, metiéndole a la gente miedo a morir.

La campaña de Novo Nordisk es un ejemplo de manual. El mensaje es claro y directo: “La obesidad es una enfermedad. Puede matar”. No hay matices. No hay contexto. Solo una consigna que busca provocar una reacción emocional, de alarma, de urgencia.

Y detrás de ese miedo, la promesa tácita de una solución: el medicamento «milagroso», en este caso, Ozempic (leed, leed todo lo que estoy publicando sobre Ozempic en este enlace).

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¿Concienciar o estigmatizar?

La compañía asegura que pretende “hablar sin filtros”, eliminar tabúes y promover la conciencia sobre la obesidad como enfermedad crónica. Pero lo que realmente consigue es estigmatizar a las personas con sobrepeso, culpabilizarlas y empujarlas a buscar una solución rápida, médica, farmacológica.

La campaña no solo ha recibido críticas de usuarios en redes sociales, que la califican de “indecente”, “horrible” y “de mal gusto”, sino también de sociedades científicas que inicialmente le dieron su aval. La propia Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) ha reconocido que el resultado final añade “un poco de estigmatización” y que “va a provocar rechazo”.

Y eso que SEEDO y laboratorio llevan colaborando años para dar a conocer la obesidad como «enfermedad».

¿De verdad es necesario recurrir al miedo y la vergüenza para promover la salud? ¿No hay otras formas de abordar el problema de la obesidad sin criminalizar a quienes la padecen?

Otro aspecto preocupante de esta campaña es su carácter de publicidad encubierta. En España, la publicidad directa de medicamentos con receta está prohibida.

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Sin embargo, las grandes farmacéuticas han aprendido a sortear la ley mediante campañas de “concienciación” que, sin mencionar explícitamente el nombre del fármaco, dirigen a la población a páginas web y aplicaciones donde se promueve el autocálculo del índice de masa corporal (IMC) y se sugiere la necesidad de buscar ayuda médica… acudiendo a médicos que ya están aleccionados por la tropa de visitadores médicos que manejan los laboratorios.

En este caso, la web “La verdad de su peso” no menciona Ozempic, pero sí ofrece un dispositivo para calcular el IMC y consejos sobre hábitos saludables.

El mensaje subyacente es que si tienes un IMC elevado, eres candidato a tratamiento médico. Y todos sabemos quién fabrica el medicamento estrella para la obesidad.

Como he denunciado en mi blog en numerosas ocasiones, este tipo de campañas no son inocentes. Responden a intereses comerciales muy concretos pues cuantas más personas se autodiagnostiquen como enfermas, más potenciales clientes habrá para los nuevos fármacos antiobesidad.

Los riesgos para la salud de Ozempic

Uno de los peligros más evidentes de este tipo de campañas es la banalización del uso de medicamentos. La propia Sociedad Española de Médicos Generales (SEMG) ha advertido que el uso de fármacos como Ozempic se está popularizando y banalizando, lo que puede acarrear riesgos para la salud.

No hay que olvidar que ningún medicamento es inocuo, y menos aún en personas que no cumplen los criterios para su uso. Entre los efectos secundarios más frecuentes de la semaglutida (principio activo de Ozempic) están las náuseas, los vómitos y otros trastornos digestivos.

Pero la Agencia Española de Medicamentos ha alertado sobre una reacción ocular adversa muy infrecuente pero grave: la neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica, que puede causar pérdida de visión repentina.

En mi blog he documentado numerosos casos de daños provocados por medicamentos que fueron presentados como soluciones milagrosas y acabaron generando más problemas de los que resolvían. La historia se repite una y otra vez: Primero se crea la alarma, luego se ofrece la solución, y finalmente aparecen los efectos secundarios, las complicaciones y, en muchos casos, el abandono del paciente a su suerte.

El negocio de la medicalización

La medicalización de la vida es uno de los grandes negocios de nuestro tiempo. Convertir factores de riesgo en enfermedades, y enfermedades en epidemias o pandemias (¿recordáis la de Covid?), permite ampliar el mercado potencial de los medicamentos.

La obesidad, como antes la depresión, la hipertensión o el colesterol, se convierte así en un filón para la industria farmacéutica.

En este contexto, campañas como la de Novo Nordisk no buscan tanto mejorar la salud pública como aumentar las ventas de sus productos estrella. Detrás del discurso de la “concienciación” y la “educación sanitaria” se esconde una estrategia comercial perfectamente calculada.

La campaña de Novo Nordisk también ha reavivado el debate sobre la llamada gordofobia. En mi opinión, la salud pública no puede construirse sobre la base del miedo, la culpa y la estigmatización. Necesitamos un enfoque más humano, más respetuoso y más crítico con los intereses que se esconden detrás de las grandes campañas mediáticas.

No podemos aceptar sin más los mensajes alarmistas que nos llegan desde la industria farmacéutica y sus aliados. Debemos exigir transparencia, rigor y respeto por la diversidad humana.

Miguel Jara Abogados

La obesidad es un problema complejo, con múltiples causas y consecuencias. Requiere un abordaje integral, que tenga en cuenta no solo los factores biológicos, sino también los sociales, económicos y culturales.

No se resuelve con marketing del miedo ni con medicamentos milagrosos.

De momento, en Miguel Jara & Abogados ya hemos empezado a atender legalmente a personas dañadas por este tratamiento, y seguiremos investigando y dando voz a quienes no la tienen. La salud es un derecho, no un negocio.

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Un comentario

  1. Gracias infinitas! Soy una de esas personas que vi la manipulación encubierta en el anuncio de TV.
    Directamente lo relacioné con Ozempic, Wegowi y similares, tienen unos efectos secundarios gravísimos, hasta cáncer, dolores e cabeza. Leí un prospecto en internet y te adelgaza, pero no te enseña a comer, no hace falta tener disciplina ni esfuerzo físico en practicar deporte, con lo saludable que es! Supongo que a mucha gente puede ayudarla , si además se sigue un estrecho seguimiento con el paciente, pero es imposible. Y la pregunta es y después del tratamiento… Qué? Efecto rebote y más Ozempic? Trastornos de conductas alimenticias? Un círculo vicioso en el que pueden terminar muy mal los pacientes que han aprendido a estar delgados solo con Ozempic; no sanos, fuertes y con buena salud, solo delgados
    Muchas gracias por su excelente trabajo Dr.

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