La Agencia de Medicamentos retira el producto MAX ERO PLUS, pero no «toca» aún la retirada de Viagra, que es lo mismo
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha tenido conocimiento, a través del Grupo de Consumo de la UDEV Central de la Comisaría General de Policía Judicial, de la comercialización del producto MAX ERO PLUS.
Según el análisis llevado a cabo por el laboratorio oficial de control de la AEMPS, el producto citado contiene la sustancia activa sildenafilo en cantidad suficiente para restaurar, corregir o modificar una función fisiológica ejerciendo una acción farmacológica, lo que le confiere la condición legal de medicamento.
Atención a esto que para los profanos en la materia el sildenafilo es el principio activo de la famosa Viagra (de Pfizer). En el histórico de este blog tenéis publicados nueve textos sobre ello.
Esta sustancia, dice la Agencia, no se declara en su etiquetado, presentando el producto como natural y ocultando al consumidor su verdadera composición. Precisamente, estas personas podrían recurrir a productos de este tipo, pretendidamente naturales, como alternativa teóricamente segura a los medicamentos de prescripción autorizados.
El sildenafilo está indicado para restaurar la función eréctil deteriorada mediante el aumento del flujo sanguíneo del pene por inhibición selectiva de la enzima fosfodiesterasa 5 (PDE-5).
Y recuerda con buen criterio la AEMPS en su nota: Los inhibidores de la PDE-5 están contraindicados en pacientes con infarto agudo de miocardio, angina inestable, angina de esfuerzo, insuficiencia cardiaca, arritmias incontroladas, hipotensión (tensión arterial < 90/50 mmHg), hipertensión arterial no controlada, y un largo etc.
Vaya, que vas a «hacel el amol» y estás mal del corazón, mejor al natural y despacito 😉
Además, los fármacos con sildenafilo presentan numerosas interacciones con otros medicamentos y pueden provocar reacciones adversas de diversa gravedad como las cardiovasculares, ya que su consumo
«se ha asociado a infarto agudo de miocardio, angina inestable, arritmia ventricular, palpitaciones, taquicardias, accidente cerebrovascular e incluso muerte súbita cardiaca, que se han presentado en mayor medida en pacientes con antecedentes de factores de riesgo cardiovascular, para los que está contraindicado», según la entidad sanitaria.
Considerando los riesgos anteriormente mencionados, así como que el citado producto no ha sido objeto de evaluación y autorización previa a la comercialización por parte de esa Agencia, la AEMPS ha tomado la medida cautelar de prohibir su comercialización y pedir la retirada del mercado de todos los productos en esas circunstancias… menos de la Viagra y los fármacos aprobados por ella y cuyos daños son exactamente los mismos que los narrados.
Y es que tomar un fármaco como el que han retirado es peligroso, e ilegal por lo explicado, y una ruleta rusa para el incauto que lo tome -dado que le ocultan sus posibles efectos secundarios que pueden ser mortales. Peeero tomar las Viagras de turno no lo es menos, por mucho que su prospecto (avalado por la AEMPS) advierta esas posibles reacciones adversas.
El problema es que hoy se ha extendido su uso «recreativo» y hay mucha gente, jóvenes sanos también, que lo toman para facilitar la labor sexual. Se exponen a un infarto y además, es que hay un riesgo de dependencia psicológica si se utiliza Viagra como un «mejorador» del rendimiento sexual en lugar de para tratar una condición médica subyacente.
¿Por qué esta doble vara de medir de la agencia? Quizá porque Pfizer -y las farmas legales, las «buenas», las que en parte mantienen económicamente a la AEMPS-, mandan mucho.