La penúltima «moda» sanitaria peligrosa: ponerse botox en la tripa para adelgazar
Está habiendo un brote de botulismo iatrogénico (provocado por una intervención médica) en Turquía y ha afectado al menos a 87 personas en Europa, siendo Alemania el país que más casos tiene con 30. Los afectados trataban de adelgazar con inyecciones gástricas de toxina botulínica.
El botulismo iatrogénico es una enfermedad adquirida poco frecuente con resultado de parálisis flácida y está causada por las neurotoxinas botulínicas. Puede ocurrir como un evento adverso después del uso terapéutico o cosmético.
El brote originado en Turquía también ha afectado a Austria, Francia y Suiza. En España la inyección de toxina botulínica intragástrica NO está autorizada.
No se han confirmado muertes por ello pero sí que hay varias hospitalizaciones e ingresos en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
La inyección de toxina botulínica, lo que se conoce como bótox, es una técnica muy frecuente en la medicina estética para combatir las arrugas. Pero las inyecciones intragástricas no tienen nada de similar a excepción del compuesto que se infiltra.
En la tripa las dosis son mayores porque el estómago es mucho más grueso que la frente. El objetivo de la intervención es «relajar» este órgano.
Al administrar la toxina, la mucosa gástrica se vuelve más rígida, el músculo pierde fuerza y se vacía más lentamente, lo cual genera una sensación de saciedad temprana y duradera en el paciente. De ahí su supuesta utilidad para adelgazar.
La seguridad y efectividad de estas inyecciones no está bien estudiada a largo plazo y por eso esta práctica médica está muy cuestionada y en general no está recomendada.
Desde que comenzó a usarse como tratamiento estético la toxina botulínica se ha convertido en la intervención estética sin cirugía más popular. Pero como suele ocurrir con muchos tratamientos sanitarios esa práctica no está exenta de riesgos. Buscar belleza así puede convertirse en algo muy feo.
En España hay farmacéuticas que han intentado y han conseguido callar a sus víctimas comprando su silencio. Pero en Estados Unidos existen sentencias judiciales como la de esta mujer a la que Allergan le produjo botulismo con el famoso Botox y la indemnizaron con 15 millones de dólares.
Os aconsejo que leáis lo que publiqué hace ya cuatros años bajo el título de Botox, Vistabel, Bocouture, Azzalure: ¿Epidemia de secuelas por inyección de toxina botulínica?