La causa de muchas de las enfermedades occidentales es la sobrecarga tóxica
Una de los aspectos que destaca con cierta frecuencia la farmacéutica naturista Palmira Pozuelo, a la que entrevistamos en este blog, son los mecanismos del propio organismo para autocurarse. Hoy publico la segunda parte de dicha conversación que empieza por la pregunta: ¿Cuales serían los principales mecanismos que tenemos para intentar superar la enfermedad?
Pozuelo, está especializada en plantas medicinales y diplomada en alimentación y nutrición aplicada y en dermofarmacia y cosmetología, profesora de la Universidad María Cristina de El Escorial, contesta:
Los hipocráticos griegos hablaban de la “phisis” como la fuerza sanadora de la Naturaleza, la que hace que cuando nos hacemos un corte se pongan en marcha los mecanismos para sanar por sí misma esa herida o cuando tenemos una infección nuestro hipotálamo haga subir la temperatura corporal con la fiebre para destruir gérmenes.
Cuando enfermamos habría que facilitar la actuación de esa fuerza sanadora que tiene nuestro organismo y evitar obstaculizarla. Hipócrates insistía en la prevención de la enfermedad a través de una dieta adecuada, el ejercicio, el contacto con la naturaleza y los cuatro elementos.
Los principios hipocráticos, que aún en día juran los médicos al terminar sus estudios, hablan de: La naturaleza es la que cura; curar sin agredir; curar la causa y no los síntomas.
Cuando utilizamos un antiinflamatorio para calmar un dolor menstrual, articular o de cabeza, estamos realizando una agresión a la mucosa estomacal, intestinal y al funcionamiento renal y además no estamos tratando la causa sino que estamos suprimiendo un síntoma.
Por ello se ha de valorar la situación concreta en la que se han de utilizar y no olvidarse de tratar y buscar la causa del problema. Saber también que nuestro organismo está diseñado para la vida y que contiene y produce medicamentos que nos ayudan a reequilibrarnos:
producimos corticoides (cortisol), analgésicos opioides (endorfinas), somníferos (melatonina), antiinflamatorios (prostaglandinas 1 y 3), antidepresivos (serotonina), entre otros muchos.
Algunas de las pautas de reequilibrio serían el descanso y la dieta, especialmente el ayuno o descanso digestivo, para que nuestro organismo se dedique a la restauración y reparación.
Al igual que descansamos uno o dos días a la semana, nuestros órganos digestivos y emuntorios (de eliminación) también necesitan este descanso, sería muy benéfico integrar el ayuno aunque corto en nuestras vidas: un día a la semana o semiayuno como por ejemplo no cenar o no desayunar o bien una dieta a base de caldos de verduras, frutas de la estación o licuados durante un día o en la noche, ya que la causa de muchas de las enfermedades occidentales es la sobrecarga tóxica.
-Luego está la botica que más usamos (o no), la cotidiana, la alimentación. Usted es especialista en nutrición ¿puede resumirnos cual sería la dieta ideal para mantenernos sanos y además prevenir enfermedades?
Otro principio de la medicina hipocrática es: “Que tu alimento sea tu único medicamento” y hago especial hincapié en lo de único, palabra que suele omitirse cuando se usa esta frase, es decir que lo que comemos cada día sea fuente de salud en lugar de enfermedad, como está ocurriendo hoy en día.
Según los últimos datos del estudio Global Burden of Disease (Coste mundial de la enfermedad), publicado en The Lancet, la dieta inadecuada es responsable del 21% de las muertes evitables y así una de cada cuatro personas que muere en el mundo lo hace debido a una dieta inadecuada, cuestión que sería prevenible con una buena educación nutricional aportada desde la infancia.
En España el número ascendería a 90.000 personas al año. Debido a la instauración de la producción industrial de alimentos se ha disparado el consumo de alimentos con alto contenido de grasas insanas (saturadas y refinadas) azúcares añadidos y sal. En el Estado español el 70% de nuestra alimentación es ya procesada.
Tenemos un muy buen referente en la dieta mediterránea, la cual ha demostrado prevenir enfermedades cardiovasculares, degenerativas y obesidad. El problema es que la mayoría de la gente piensa en nuestro país y otros del entorno mediterráneo, que sigue esta dieta, porque utiliza aceite de oliva, bebe vino tinto y come pescado de vez en cuando.
En realidad, se incumplen varias de sus premisas, voy a comentar las más importantes:
En la pirámide de la dieta mediterránea actualizada que además coincide con las recomendaciones de la Universidad de Harvard o plato Harvard, se recomienda consumir cereales enteros sin refinar y habitualmente la población suele comer arroz blanco, pasta refinada, bollería con harinas refinadas y pan blanco.
Otro incumplimiento es en relación a los productos de origen animal que hoy en día se consumen en exceso, por ejemplo la pirámide recomienda comer carne roja no más de dos veces a la semana y carne procesada (embutidos) una o menos de una vez a las semana. Las legumbres, verduras y frutas sin embargo se consumen en menores cantidades de las recomendadas y el azúcar que está en el vértice de la pirámide con la recomendación de consumo ocasional, se consume a diario y con profusión.
Concluyendo, daría algunas recomendaciones: comer alimentos visibles y no procesados (ir más al mercado que al supermercado), comer al menos la mitad de lo que comemos al día a base de alimentos frescos y vivos (frutas, hortalizas, ensaladas) comer los alimentos tal como los ofrece la naturaleza sin refinar ni procesar (semillas, alimentos integrales).
Comer alimentos limpios sin aditivos (para conservarlos) ni venenos, pesticidas, herbicidas y nitratos químicos (para cultivarlos). Evitar el azúcar y tomarlo en los alimentos que lo contienen de manera natural como frutas, pasas o dátiles. No comer más de un alimento animal al día, una opción saludable para nuestro organismo y para el planeta.
-Se habla últimamente de «superalimentos», ¿son una moda, parte del marketing de las diferentes industrias alimentarias o existen como tales y cuales son los más interesantes y sus aplicaciones?
Cierto y siempre oímos hablar de alimentos y frutos con nombres exóticos que provienen de países lejanos y su publicidad varía por temporadas, pero alimentos con cualidades nutricionales excepcionales han existido siempre, aunque sí es interesante hoy en día conocer las propiedades de los nutrientes que contienen y sus aplicaciones.
Selecciono algunos superalimentos cercanos y de siempre: por ejemplo las bayas silvestres son muy ricas en antioxidantes y vitamina C, al final del verano nos las ofrece la naturaleza para afrontar la estación fría del invierno, así tenemos las moras, arándanos o los escaramujos.
Los frutos secos tradicionales sin calentar ni tostar: almendras, avellanas y nueces contienen antioxidantes, vitamina E y ácidos grasos esenciales además de ser fuente de proteínas de calidad y una muy buena alternativa a la carne.
Con siete almendras que comiésemos al día tendríamos todos los nutrientes necesarios, poseen además siete veces más calcio que la leche.
Especias como nuestro pimentón, rico en licopeno un potente antioxidante que ha demostrado ser protector frente a varios tipos de cáncer. Las frutas en su mayoría son en sí superalimentos, especialmente si son recogidas en su momento de madurez y cultivadas de manera orgánica, así su riqueza en nutrientes llega a ser mucho mayor (hasta un 60% mayor) especialmente por poderlas consumir muchas de ellas con la cáscara donde se encuentran grandes cantidades de vitaminas y antioxidantes.
Un ejemplo: hacen falta cuatro naranjas convencionales para conseguir la misma cantidad de vitamina C que contiene una naranja ecológica.
-Por sus explicaciones se nota que a usted le apasiona su profesión y que vive lo que explica, usted hace muchos de los remedios que promueve, aceites esenciales, tinturas o pomadas ¿tiene huerto propio? ¿A las personas que no lo tienen qué les aconseja?
Tengo un pequeño jardín medicinal y hasta hace muy poco he formado parte de un grupo de amigos que compartíamos un huerto ecológico.
Recojo las plantas medicinales que cultivo en mi pequeño jardín y en algunas terrazas de la casa, también recojo algunas plantas y frutos silvestres en lugares de confianza como los alrededores del huerto donde teníamos cultivadas plantas aromáticas y también crecían muchas plantas silvestres de uso medicinal (como malva, aciano, salvia, tomillo, romero, etc).
Para las personas que no tengan estas posibilidades, les animaría a que destinaran alguna parte de la casa, terraza o una parte del jardín a las plantas medicinales, especialmente las plantas aromáticas, ya que son fáciles de mantener y no requieren muchos cuidados ni tanta agua, es muy gratificante utilizarlas como aliño de la comida o en alguna infusión.
-¿Qué puede decirnos sobre las pruebas científicas de los alimentos ecológicos, hay muchos estudios sobre ello, son más nutritivos, mejores? Me consta que usted está en un grupo de consumo ecológico de El Escorial, donde vive y sabe de ello.
Es increíble que haya que estar continuamente demostrando que los alimentos cultivados con respeto a los ciclos de la naturaleza y a la tierra son mejores que aquellos que han sido cultivados con agrotóxicos, donde vemos a los trabajadores que los aplican embutidos en trajes tipo escafandras para que no les afecte su toxicidad y que cuyo único fin es la mayor producción y el beneficio económico, sin respeto a la Tierra, a sus aguas subterráneas a sus pequeños animales que la componen y la mantienen viva y sin respeto a la salud de los consumidores.
Hay muchos trabajos publicados, especialmente destaco toda la labor del Dr. Nicolás Olea (Hospital clínico de Granada) para dar a conocer la incidencia de los pesticidas en el desarrollo de cánceres hormonodependientes.
Según él, el origen de la mayoría de los cánceres es medioambiental y no genético y sus causas se deben a la presencia de tóxicos y pesticidas en alimentos y medio ambiente. También los trabajos y libros del bioquímico Albert Ronal Morales conocido por sus trabajos e investigaciones sobre frutoterapia, en su último trabajo Alimentación sana vs transgénicos, aditivos y nanotecnología, da a conocer el daño en el organismo humano y la alteración medioambiental de este tipo de agricultura insana.
Por mucho que científicos al servicio de estas empresas y lobbies agroquímicos quieran demostrar lo indemostrable para no dañar sectores de consumo, es lógico pensar que comer de manera más limpia es más sano que no hacerlo.
La población cada vez es más consciente de esto y el mercado verde va en aumento, siendo nuestro país el mayor productor de alimentos ecológicos de toda Europa y aunque en una gran parte se exportan, cada vez hay más demanda interna de estos productos.
En el pueblo en el que vivo, como mencionas, tenemos un grupo de consumo para pedir alimentos ecológicos a productores cercanos, una manera de acceder directamente y sin intermediarios abaratándose el coste de estos productos y sobre todo la garantía de comer alimentos más sanos y apoyar a personas que apuestan por la salud de las personas y la del planeta.
Hay ya cooperativas de consumo y grupos de consumo ecológicos en todas partes de modo que solo hay que ponerse en contacto con los más cercanos o bien organizar un nuevo grupo.
El Dr Jean Signalet en el libro La alimentacion tercera medicina, hace un extenso detalle de los cambios al cocinar los alimentos y recomienda no comer carne cocida, aceptando que podria ser consumida cruda, lo cual mantendria vitaminas, proteinas y no se producen proteinas que el organismo no conoce ni puede procesar lo cual las convierte en radicales libres con poder mutagenico.
Hola Miguel.
Me gustaría saber sobre la dieta paleolitica que últimamente estoy oyendo mucho sobre ella. Creo que recomienda las proteínas de origen animal como carne y mariscos.
Ésto es opuesto a lo dice esta entrevista.
Gracias.
Seguro que has oído esta dieta ya que es la que se supone que fue el paso al omnívorismo. Te recuerdo que tras este paso se encuentran los primeros restos fosiles donde se observa la aparición de la osteoporosis.
No solo esto sino te recomiendo que leas un trabajo muy bueno de un bioquimico norteamericano que se titula EL ESTUDIO DE CHINA, donde comprobarás las mentiras de la Ciencia y cómo se pueden dirigir los trabajos de investigacion para obtener los resultados que uno quiere y así vender lo que quieras.
Lee la DIETA GERSON y tendras el punto de vista del articulo.
Yo soy quimico en ejercicio y llevo años verificando esta dieta con muchos articulos cientificos imparciales y lo que te puedo decir es que este medico aleman no se equivocó en nada.