Historia de suicidio o cómo estarán hoy los mercados
Me ha conmovido una historia triste, dura, aberrante, que me ha enviado mi amigo Pedro López y sobre cuyas cenizas deberíamos construir la esperanza. Es un poco «antigua» pero está de plena actualidad:
El hombre sin nombre era un obrero electricista en paro de L`Hospitalet de Llobregat de 45 años. Se ahorcó en la calle el 11 de junio dejando mujer e hija… y una deuda a Adigsa, una empresa de la Generalitat de Catalunya, que reclamaba a la familia 9.000 euros por haber ocupado “ilegalmente” un piso vacío.
Es la historia del suicido de un trabajador sin trabajo que no puede ofrecer nada a su familia: M.P., vecino de Hospitalet de Llobregat, vivía desde hacía nueve meses ocupando “de patada” un piso vacío de protección oficial con su mujer y su hija menor de edad. Se convirtió en okupa después de haber agotado el paro y no poder pagar el piso de alquiler donde vivía. Pero hace una semana recibió una orden de desahucio anunciándole que tenía que abandonar la vivienda de manera inminente. Finalmente, ayer por la tarde decidió ahorcarse en plena calle, en un parque de la calle Juan de Juanes en el barrio del Gornal en l’Hospitalet.
Cree Pedro que la ciudadanía sí está despertando con el 15-M:
«Eso es lo que preocupa al sistema que va a intentar hacer imposibles las asambleas y las reuniones populares, en definitiva la recuperación de la calle para la ciudadanía, para la democracia deliberativa y para la solidaridad. Y esto es lo que no están dispuestos a permitir, de manera que seguirán intentando estrangular y provocar para que cualquier respuesta a la represión sirva para presentar al movimiento como violento; que todo espacio público quede privatizado, convertido en centro comercial o en cualquier otra fórmula mercantil».
Con referencia a los suicidios de motivación económica, el hambre, la miseria y la desesperación para millones de personas que el modelo económico neoliberal ha supuesto las vamos viendo poco a poco, pero cuando nos enteramos de algún dato concreto es cuando nos llevamos las manos a la cabeza. En 2007 se publicó un artículo en Rebelión que ponía los pelos de punta:
Entre 1997 y 2005 se suicidaron en La India 150.000 campesinos (sí: ciento cincuenta mil, no hay ningún cero de más) por el derrumbe de los precios y los ingresos agrícolas.
Esto tenía que ver con los subsidios económicos de Estados Unidos y la UE a sus productores y con el control agrícola de las grandes corporaciones. O sea, con el modelo económico, impuesto por la fuerza sin importar costes sociales. Algún día ciertas prácticas económicas serán crímenes contra la humanidad.
Me comenta Superlópez, porque está en todo el tío, que hace dos semanas estuvo en un curso de verano en San Lorenzo de El Escorial y un jurista colombiano, nacionalizado español desde hace muchos años, que tuvo que salir de Colombia porque veía ya cercano su asesinato, terminó su brillante disertación diciendo que el pesimismo es un derecho y el optimismo una obligación. En fin, me voy a hacer la compra y me pregunto ¿cómo estarán hoy los mercados?
Estimado Miguel,
«Entre 1997 y 2005 se suicidaron en La India 150.000 campesinos (sí: ciento cincuenta mil, no hay ningún cero de más) por el derrumbe de los precios y los ingresos agrícolas.» No lo sé en que artículo y con que información añadida viene este ‘espectacular’ frase – pero quiero subrayar que en la temática del suicidio NO debemos ‘simplificar’ con CAUSAS simples. Estas causas si bien pueden ser los ‘desencadenantes’ añadidos a un proceso largo.
Valentín Spindler valentinaustria@gmail.com (estudiando ‘sin fin’suicidología)
Apunten más barbaridades económicas que nadie cuenta en los medios de comunicación y relacionadas con lo inmobiliario. ¿Qué significan ciudades, manzanas y barrios enteros contruídos pero inhabitados? Significan miles de millones de horas de trabajo de cientos de miles de personas echadas a la basura. Para nada. O quizás para matar lentamente a aquellos que pasaron meses de frío, mediodías sudorosos o temores cuando expiraban contratos de obra y tenían la necesidad de buscar otro.
Frente a esto que es lo que fue y convencido que no se repetirá me gustaría ahondar en las soluciones futuras. ¿Con qué criterios construímos y asignamos las viviendas a partir de ahora? ¿O no construímos ninguna hasta cierta fecha pero sí las remodelamos? ¿Debe acercarse la vivienda al trabajo? ¿El trabajo a la vivienda? ¿Los enfermos al hospital? ¿O a la playa?
Pensémoslo.
Pero amigo Frank, que fácil es decir «políticos hipócritas». Acaso los políticos no administran un sistema capitalista-en el caso de España además-que mantiene una monarquía-que problemas de vivienda entiendo que no tienen verdad? Los mantienen los impuestos verdad? De todos. Los políticos han hecho y deshecho mientras fue tiempo de vacas gordas, nadie se preocupó en absoluto. Hoy, que las papas queman, a quienes les echamos el fardo? Responsabilidades compartidads amigo Frank, deja de leer El País y ver el Telediario.
Saludos.
Hola Miguel, gracias a personas como tu se puede saber estas dramáticas situaciones, qué tragedia, y me dicen que la visita del papa, que está entre joyas es necesario. Por el amor de dios, son estos católicos los seguidores del señor o del demonio. A mí estas injusticias me hacen saltar de la silla, ojalá que haya personas pronto que arregle esta acción terrible de un juez sin conciencia y sin comocimientos. A la otra familia digo lo mismo. Por favor, echen una mano.
Hola buenas tardes Miguel, increible y penoso lo de este pobre hombre que lo unico que queria es una vivienda donde cobijar a su familia en esta seudodemocracia que dice que todos los españoles tenemos derecho a una vivienda digna. Politicos hipocritas.
Saludos, monstruo. No estoy en todo, hombre, lo que pasa es que la red da mucho de sí. Un abrazo, fenómeno. Pedro López (nada de super, de lo más normalito).