Por qué la medicina integrativa recomienda la ósmosis inversa para beber agua
En ocasiones hemos tratado sobre los contaminantes del agua «potable», le hemos dedicado varias publicaciones que podéis ver en este blog (aquí el enlace de resumen de todas). Y es que cada vez más profesionales de la medicina integrativa y funcional alertan sobre los riesgos ocultos del agua potable convencional.
Aunque legalmente es apta para el consumo humano, el agua del grifo puede contener múltiples sustancias no deseadas, muchas de ellas asociadas a efectos negativos sobre la salud a largo plazo.
La solución propuesta desde este enfoque no es comprar agua embotellada, que también presenta inconvenientes, y es antiecológico por el impacto del transporte que conlleva. No es una alternativa ideal. Muchos envases liberan microplásticos y compuestos como el bisfenol A (BPA). Además, el agua embotellada es costosa a largo plazo, y en algunos casos se trata simplemente de agua filtrada sin gran valor añadido.
Lo ideal es purificar el agua del hogar con sistemas entre los que están los de ósmosis inversa, idealmente acompañados de remineralización y, en algunos casos, hidrogenación.
La medicina integrativa, de la que hablamos, no rechaza la medicina convencional, sino que la amplía. Incorpora conocimientos basados en evidencias científicas junto con prácticas complementarias centradas en la prevención, la desintoxicación y el equilibrio de todos los sistemas del organismo.
Dentro de ese enfoque, el agua no se ve solo como un líquido hidratante, sino como un vehículo fundamental para la salud celular, la eliminación de toxinas y la función metabólica. Por tanto, la calidad del agua que se consume a diario tiene un impacto directo en múltiples procesos fisiológicos.
Contaminantes habituales en el agua del grifo
Diversos informes técnicos y estudios científicos han documentado la presencia de contaminantes persistentes en aguas municipales, incluso tras el tratamiento convencional. Algunos de los más frecuentes:
- Cloro y sus subproductos (trihalometanos): asociados a alteraciones en la microbiota intestinal y posible riesgo carcinogénico (1).
- Flúor: en exceso, puede tener efectos neurotóxicos, según estudios como el de Grandjean y Choi (2).
- Nitratos y nitritos: relacionados con problemas tiroideos y ciertos tipos de cáncer, especialmente en embarazadas y niños (3).
- Metales pesados (plomo, mercurio, cadmio): neurotóxicos y disruptores hormonales incluso en dosis bajas (4).
- Restos de medicamentos y disruptores endocrinos: en concentraciones traza, pero acumulativos. Incluyen anticonceptivos, antibióticos, ansiolíticos y pesticidas (5).
Qué hace la ósmosis inversa
La ósmosis inversa es un sistema de filtración de gran eficacia que utiliza una membrana semipermeable para eliminar hasta el 99 % de impurezas disueltas. A diferencia de los filtros de carbón o de jarra, retira incluso contaminantes en solución molecular, incluyendo:
- Metales pesados
- Flúor
- Nitratos
- Cloro y derivados
- Residuos farmacéuticos
- Microplásticos
- Virus y bacterias (en ciertos sistemas)
Por todo ello, se considera una de las tecnologías de purificación más completas y es recomendada por médicos integrativos como parte de protocolos de prevención, tratamiento de patologías crónicas, desintoxicación hepática o reducción de carga tóxica en pacientes sensibles.
Un inconveniente de la ósmosis inversa es que también elimina los minerales beneficiosos (calcio, magnesio, potasio). Por eso, los sistemas más recomendables incluyen un remineralizador, que ajusta el pH y aporta electrolitos básicos que mejoran la absorción intestinal y la biodisponibilidad.
También hay quien opta por añadir unas gotas de agua de mar isotónica o sales minerales naturales para “reactivar” el agua purificada.
Algunos equipos incluyen además un generador de hidrógeno molecular (H₂), que añade a la estructura del agua este gas disuelto. Numerosos estudios -realizados sobre todo en Japón y Corea— han documentado su efecto como antioxidante selectivo:
- Neutraliza radicales libres (sin afectar señales fisiológicas)
- Mejora la función mitocondrial y reduce la inflamación
- Potencia la recuperación en personas con fatiga, daño hepático o estrés oxidativo (6)
Aunque su aplicación clínica aún está en desarrollo, muchos profesionales de la medicina integrativa lo incorporan como apoyo en terapias de longevidad, salud intestinal y patologías inflamatorias.
¿Qué sistema elegir?
Existen en el mercado distintos equipos de ósmosis inversa. Algunos incorporan además filtros remineralizantes y generadores de hidrógeno molecular.
Uno de los modelos que hemos podido conocer de cerca por su tecnología y transparencia en materiales es el Naturtec H2-400, que reúne estas tres características: purificación, remineralización y producción de hidrógeno.
Se trata de una opción completa para quienes buscan mejorar la calidad del agua en casa sin depender del agua embotellada.
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Os voy a mostrar unas fotos. Son de tres filtros de ósmosis inversa y están hechas en diferentes épocas. Fijaros qué cambios de color; cuanto más tiempo pasa el filtro en contacto con el gua de grifo, más oscuro.

El primero, con menos tiempo haciendo su función, tiene un color marrón claro y «pocos» sedimentos, el siguiente alucinad con todo lo que acumula, y el tercero ni se sabe lo que tiene ahí, es de color casi negro.
Conclusión
La recomendación de instalar un sistema de ósmosis inversa con remineralización (y opcionalmente hidrogenación) no es una moda ni una obsesión. Es una decisión preventiva con fundamento científico, que forma parte de una visión integradora de la salud, donde cada pequeño hábito suma o resta.
Referencias científicas
- Cloro y subproductos de desinfección (trihalometanos) y cáncer de vejiga
Villanueva CM et al. (2007). Bladder cancer and exposure to water disinfection by-products through ingestion, bathing, showering, and swimming in pools. American Journal of Epidemiology, 165(2), 148–156.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17079692/ - Flúor y neurotoxicidad en el desarrollo infantil
Choi AL et al. (2012). Developmental fluoride neurotoxicity: a systematic review and meta-analysis. Environmental Health Perspectives, 120(10), 1362–1368.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22820538/ - Nitratos en el agua potable y riesgo de cáncer
Ward MH. (2009). Too much of a good thing? Nitrate from nitrogen fertilizers and cancer. Reviews on Environmental Health, 24(4), 357–363.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20384045/ - Toxicidad de metales pesados en la salud humana
Jaishankar M et al. (2014). Toxicity, mechanism and health effects of some heavy metals. Interdisciplinary Toxicology, 7(2), 60–72.
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26109881/ - Micropoluentes en sistemas acuáticos y su impacto en la salud
Schwarzenbach RP et al. (2006). The challenge of micropollutants in aquatic systems. Science, 313(5790), 1072–1077.
https://www.science.org/doi/10.1126/science.1127291 - Hidrógeno molecular como antioxidante terapéutico
- Ohsawa I et al. (2007). Hydrogen acts as a therapeutic antioxidant by selectively reducing cytotoxic oxygen radicals. Nature Medicine, 13(6), 688–694.
- https://www.nature.com/articles/nm1577