Hace unos años el Gobierno de Uruguay, presidido por José Múgica, anunció su intención de plantar marihuana para luego venderla en las farmacias. Quería matar dos pájaros de un tiro: intentar acabar con el comercio ilegal de esta particular droga y ofrecer a la sociedad sus usos medicinales. Hoy las farmacias uruguayas, pocas y de manera muy controlada, ofrecen marihuana.