El consumo de carne en Europa es desmesurado hasta el punto de que se crían tantos animales para satisfacer ese mercado que no hay alimento suficiente para dar de comer a toda la cabaña. Es lo que se denomina «déficit proteico». Y para «solucionarlo» hay que importar ingentes cantidades de alimentos proteicos como la soja de lugares del mundo remotos. Soja transgénica, cultivada con pesticidas.